091: «La carrera de una banda de rock en España no es un cuento de hadas»

091: «La carrera de una banda de rock en España no es un cuento de hadas»

La banda granadina 091 regresó veinte años después en 2016 con una gira que se materializó en el directo ‘Maniobra de resurrección’. Espoleados por esa vuelta que resultó ser triunfal, ahora cierran el círculo con su primer disco de estudio en 24 años, muy elocuentemente titulado ‘La otra vida’.

«El asombro que nos causó el éxito que tuvo aquella gira hizo crecer en nosotros un sentimiento positivo, una actitud constructiva, y empezamos a pensar en la posibilidad de hacer nuevos temas», apunta a Europa Press el guitarrista José Ignacio Lapido (Granada, 1962), quien admite que «25 años después era un reto complicado» enfrentarse a su propia trayectoria y escribir temas inéditos.

Pero tras la gira de reunión se dieron un tiempo para que cada uno desarrollara proyectos en solitario y después, convenientemente oxigenados, decidieron que sí, que iban a «empezar a trabajar en el local de ensayo las canciones del álbum». «A priori no era un trabajo fácil pero la cosa fue con bastante naturalidad», señala Lapido.

Asiente el vocalista José Antonio García (Padul, Granada, 1961), quien remarca que para este regreso tenían que «hacer un disco que cumpliera las expectativas y mantuviera el listón», al tiempo que señala con humor al público como ‘culpable’ de esta empresa: «Había una demanda, la gente quería que siguiéramos. Eso nos empujó. Tenemos la suerte de tener un público súper fiel».

‘VENGO A TERMINAR LO QUE EMPECÉ’

Asegura entonces Lapido que la premisa para escribir un nuevo álbum era que el material tuviera la «suficiente entidad para ser una obra artística con autonomía propia». «Que no fuera una excusa para seguir tocando», resume, para luego rematar: «La autoexigencia ha sido clave a la hora de materializar el disco».

Tras la ‘Maniobra de resurrección’ y titular al álbum ‘La otra vida’, llama la atención que la primera canción sea ‘Vengo a terminar lo que empecé’. Una aparente declaración de intenciones que en realidad no es tal, pues Lapido explica divertido que esa frase se la escuchó a un pistolero en una «antigua película del oeste».

«Visto desde fuera y en nuestro contexto viene al pelo, pero la casualidad ha jugado una baza importante porque esta canción no se escribió pensando en que fuera una declaración de intenciones sobre nuestra propia trayectoria. Aunque luego hilando las cosas te das cuenta de que parece que sí», reflexiona.

Tercia entonces entre risas García, quien recuerda que este tipo de casualidad ya se dio con el que hasta ahora era su último disco, ‘Todo lo que vendrá después’, editado en 1995. «Nosotros no lo sabíamos entonces, pero lo que vino fue que nos separamos», señala tirando de sentido del humor, mientras Lapido apostilla que «la casualidad a veces juega a favor de la obra».

Ambos coinciden a la hora de remarcar que el presente del grupo mantiene la energía y la actitud que tuvieron durante los ochenta y los noventa, aunque con un sonido «muy actual». «Es muy identificable de 091 pero no queríamos hacer el ejercicio de retomar las cosas donde las dejamos en 1996 porque 25 años no pasan en balde, evidentemente», indica el guitarrista.

091 en su esencia, en definitiva, con la temática del paso del tiempo y «la cercanía de un final incierto» siempre presente, según Lapido: «En este caso, por las propias circunstancias del grupo, adquieren un significado añadido. En nuestra situación como banda renacida que vive una segunda vida viene muy al pelo».

GIRA DE PRESENTACIÓN

La vida en la carretera de ‘La otra vida’ empezará en Madrid el 24 de enero de 2020 (Joy Eslava) y continuará por Sevilla (1 de febrero, Sala Custom), Málaga (8 de febrero, Trinchera), Valencia (14 de febrero, Repvblicca), Barcelona (15 de febrero, Apolo), Zaragoza (20 de febrero, Teatro Principal), Bilbao (18 de marzo, Kafe Antzokia) y Santander (20 de marzo, Escenario Santander).

Aún a un par de meses largos de distancia, anda ya la banda preparando un repertorio «equilibrado» que conjugue las viejas canciones con las nuevas. «La gente nunca se conforma», bromea García, consciente de que hay clásicos que no pueden dejar fuera de sus conciertos: «Cada cual tiene su preferida».

Para escoger el repertorio cuentan, eso sí, con una herramienta que no tenían hace 25 años, pues ahora las redes sociales dan una respuesta inmediata por parte de los fans. «La gente nos da mucho las gracias por haber vuelto», asegura Lapido, quien destaca que la reacción al nuevo material ha sido muy positiva.

«Después de la ‘Maniobra de Resurrección’ nos quedamos sorprendidos de la gente que iba a vernos. No sabemos dónde estaban, estaría escondidos», bromea de nuevo García al admitir que el grupo vive ahora, prácticamente cuarenta años después de su fundación, el que seguramente sea su mejor momento.

«EL ÉXITO NO ES UN FIN EN SÍ MISMO»

Por eso, Lapido aboga por «mantener la cabeza fría» ahora de la misma manera que hicieron «en los ochenta y en los noventa cuando en determinados momentos las cosas no pintaron bien». «Cuando las cosas van bien o muy bien también hay que mantenerla fría y tener claro que el éxito no es un fin en sí mismo», plantea.

Y aún agrega: «Nuestro éxito es crear una obra importante que perdure en el tiempo y luego lo que tenga que venir vendrá. Hay que tomarse las cosas con cierta distancia y no dejarse ni enloquecer por el éxito ni desesperarse por el fracaso. Todo ello si tienes fe en tu obra, claro».

De la misma opinión es García, claro, quien asegura que después de tantos años están «curados de espanto» y solo se plantean «vivir el día a día sin pensar a largo plazo». Sobre esta premisa, afirma tajante y con media sonrisa que «la banda que sea de verdad tiene que currárselo, autoeditar los discos y ser casi como una empresa familiar». «Pero hay que seguir, es nuestra vida y por eso estamos aquí», remacha.

Desarrolla un poco más la idea lanzada por su compañero Lapido al confesar que «cuando tienes 18 años y formas una banda es evidente que tienes en mente muchas leyendas de la historia del rock». Sin embargo, destaca que «luego la realidad viene y te hace ver lo que es de verdad esta historia y más en un país como España».

«Vas viendo que las cosas no son así, que la carrera de una banda de rock en España no es un cuento de hadas, que tiene sus altibajos. Más bajos que altos. Y eso ya lo aprendimos con nuestro segundo disco. Esto es mucho de picar piedra, no de llegar y subirte a la limusina. Por eso creo que nuestro ahora 25 años después ha llegado, porque estuvimos siempre picando piedra sin amilanarnos y manteniendo el nivel ante la adversidad. Y cuando las cosas fueron bien, sin desviarnos del camino que habíamos trazado», reflexiona.

«La gran mayoría de bandas de rock en España acaban en desilusiones», subraya, sin querer dar nombres concretos. «Ha habido muchísimas bandas muy buenas a lo largo de los años que al final han tenido que tirar la toalla porque se ve que aquí no hay sitio para todos. Cuando grabas un par de discos y empiezas a conocer el negocio te das cuenta de que lo de la Beatlemania es mejor olvidarlo y más en España», señala, para luego terminar con una afirmación que es también un aviso desde la experiencia a navegantes: «Hay que abstraerse de todo y hacer canciones».

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