Abierta al paso en Pasiegas la zona de acceso a la Catedral, donde continúan los trabajos tras los terremotos

Abierta al paso en Pasiegas la zona de acceso a la Catedral, donde continúan los trabajos tras los terremotos

La zona del acceso principal de la Catedral de Granada, en la plaza de las Pasiegas, cortada al paso durante tres semanas tras el desprendimiento de un trozo de un pináculo, a raíz de los terremotos de finales de enero, ha sido reabierta al paso, mientras prosiguen los trabajos preventivos en las cubiertas del templo metropolitano, que no ha visto modificado el culto.

Fuentes de la dirección de los trabajos han confirmado a Europa Press que el paso ha sido reabierto, una vez finalizada la revisión del frente de Pasiegas, que ahora continúa en el de la calle Cárcel Baja, donde no ha sido necesario un corte a la circulación de estas características.

No se descarta en cualquier caso algún corte puntual si así lo requiriera alguno de los trabajos previstos, como los que pueden que hayan de realizarse utilizando una grúa con cesta suspendida, han detallado las mismas fuentes.

El Arzobispado de Granada tiene previsto continuar durante el mes de marzo los trabajos preventivos ante terremotos en un conjunto de entre 20 y 30 pináculos de los techos de la Catedral, después de que dos de su fachada principal resultaran dañados a finales de enero, cayendo un trozo a la parte interior de la cancela que separa el templo de la plaza de Pasiegas, tras la sucesión de seísmos que se dejaron notar en la capital granadina en el marco del enjambre sísmico que afecta a su área metropolitana.

Así lo explicó, en una visita con los medios de comunicación a las cubiertas de la Catedral, su arquitecto conservador, Pedro Salmerón, para dar a conocer estos trabajos, que pueblan estos días de andamios los techos del edificio patrimonial más importante del centro histórico de Granada, considerado uno de las obras cumbres del Renacimiento español.

En concreto, los técnicos revisan tras los terremotos los pináculos de los frontales de Pasiegas y calle Cárcel Baja, por posibles afecciones a la actividad normal de la vía pública.

Algunos de estos pináculos tienen dos toneladas de peso sin incluir las peanas, y se refuerzan en su parte inferior con aros de pletina, que se separan de la piedra con una cinta de neopreno, que los dotan de una «fuerza extra de compresión» para evitar posibles caídas ante el «efecto látigo» de los seísmos que, al ser superficiales, provocan un cimbreo vertical especialmente dañino para este tipo de construcciones.

La Catedral sufre con estos seísmos, más de 1.800 desde que se reactivara la serie a finales de enero, según datos del Instituto Geográfico Nacional, una «fatiga estructural incuestionable», detalló Salmerón, que indicó que el grupo de trabajo que dirige también revisa los «elementos frágiles» y decorativos de las cornisas, que se suman a los daños que, más allá de los movimientos de tierra, sufre la piedra por las «condiciones climáticas» extremas como las de Granada.

 

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