Asesinato en la Silla del Moro

Horrorizadas por lo que fue uno de los crímenes más infames que se recuerdan en la historia reciente de Granada, las más de mil quinientas personas que se concentraron en el sepelio que tenía lugar en la basílica de Nuestra Señora de las Angustias la tarde del día 9 de diciembre de 1981, reclamaban el inmediato esclarecimiento de los hechos que rodearon la muerte de Marcos Serrano Martín, cuyo cuerpo había aparecido la tarde antes en un paraje solitario de las proximidades de la ciudad.

Tanto en el responso corpore insepulto como posteriormente durante la inhumación del cadáver en el cementerio municipal de San José, se sucedieron las escenas de dolor e indignación. La sociedad granadina estaba conmocionada con el asesinato de Marcos, que casi veinticuatro horas después de haber desaparecido fue hallado vilmente asesinado en las proximidades de la Silla del Moro, en la Dehesa del Generalife.

Encontrado fortuitamente por un vecino de Granada que paseaba con su perro al atardecer, el cuerpo de Marcos había tratado de ser ocultado por el asesino bajo un montón de piedras. Presentaba la cabeza, en especial su parte inferior, destrozada a golpes con una piedra, y en un estado de rigor mortis que hizo concluir que la muerte se había producido probablemente la tarde anterior, poco después de darse la alarma de su desaparición.

Constituida la autoridad judicial en el lugar del hallazgo —correspondió la instrucción al Juzgado de Instrucción núm. 3 que estaba de guardia—, tras la práctica de las oportunas diligencias se ordenó el levantamiento del cadáver que fue trasladado al Instituto Médico Forense, ubicado en aquellos días en la facultad de Medicina de Granada, junto al hospital Clínico de San Cecilio.

La autopsia revelaría que el óbito debió producirse la noche del lunes 7 de diciembre —“así resulta de la aparición de los signos de la muerte, de la rigidez cadavérica y de las livideces en las partes declives”—, poco después de las seis de la tarde cuando Marcos Serrano Martín fue visto por última vez por un conocido por la calle del Pino y al que dijo que “iba a su casa —situada en la calle Horno del Espadero—, a ver los dibujos animados en la televisión”. A partir de ese momento su pista se pierde completamente y no se volvería a saber más de él hasta que su cuerpo sin vida fuera hallado al día siguiente.

En relación al lugar exacto del crimen el informe forense nada desveló, como tampoco sobre si fueron uno o varios los autores. Sí que lo hizo la investigación desarrollada por la Brigada Regional de Policía Judicial que concluiría, a juzgar por las manchas de sangre y otros elementos de convicción encontrados, que el crimen se produjo con casi total seguridad en el lugar donde fue hallado el cuerpo.

Aunque si se hizo en la documentación judicial, en las informaciones del momento no se explicitó el móvil del asesinato. Hoy día no se habría dudado en calificarlo abiertamente como crimen sexual. Los medios de comunicación solo lo señalaron de manera implícita del siguiente modo: “Por lo que se refiere a la indumentaria, tanto los pantalones como los ‘slips’ aparecieron bajados hasta los tobillos, mientras la camisa y el jersey se presentaban subidos, circunstancias que han llevado a consideraciones concretas sobre el tipo de agresiones que pudo sufrir el niño”.

El modus operandi y la participación en el crimen tampoco quedaron esclarecidos. Se desconoce cómo pudo ser llevado el menor hasta el lugar del suceso y no se determinó si fueron una o varias las personas que perpetraron el asesinato. La investigación fue desarrollada intensamente por la policía judicial durante meses. Se siguieron varias líneas de indagación, pero finalmente no se pudo señalar a una persona concreta como responsable del terrible suceso. Con las modernas técnicas de investigación científica de las que actualmente se dispone, la policía hoy muy probablemente habría descubierto al autor del crimen. Tiempo después, por imperativo legal las diligencias fueron sobreseídas y archivadas provisionalmente. Que se conozca, nunca fueron reabiertas.

Marcos Serrano Martín era un niño extrovertido, cariñoso, que socializaba perfectamente con su entorno, muy querido en el barrio y en su colegio, el Sierra Elvira, y al que gustaban especialmente los perros. Era hijo de un apreciado policía municipal de Granada que prestaba sus servicios en las oficinas municipales. Su asesinato, que tanto conmocionó la ciudad del momento, nunca ha llegado a aclararse.

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COMENTARIOS

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    Emilio Fructuoso 3 años

    Sobre este asesinato del niño en la Silla del Moro de Granada que en realidad por estas fechas hará 39 años, yo por aquel entonces vivía muy próximo , en la Plaza Mariana Pineda y viví aquello con gran tristeza lo mismo que todo el Barrio y Ciudad, fue algo muy triste. Estaba provisional en Granada y al año siguiente en 1982 regresé a mi ciudad en Alicante. Hablaba con algún amigo durante varios años y me decían que el caso no se había resuelto pero pasados bastantes años un amigo me comentó que habían dado con el asesino porque había cometido otro similar. Los años pasaron y mi amigo falleció, no pude asistir al sepelio y me quedó la duda. ¿Realmente se dio con el asesino? Si alguien sabe algo y me puede informar , le agradeceré mucho , gracias!

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      Carmen 3 años

      Yo también desearía saber si se llegó a detener al culpable. Conocía de vista a Marcos y este suceso me marcó de por vida. Vivíamos a pocos metros de distancia y, aunque íbamos a colegios diferentes, hicimos juntos la primera comunión. Solía verlo en el barrio, jugando en la calle, y es cierto que era un niño muy extrovertido y simpático. En esa época los niños jugábamos mucho en la calle y aquello lo cambió todo durante bastante tiempo; tanto los padres como los niños teníamos miedo.
      No soporto pensar que sucesos como este se queden sin resolver, que haya personas capaces de cometer semejantes atrocidades y no paguen por sus actos. Pobres padres, es muy triste. En fin, un saludo.

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    Carmen 3 años

    Yo también desearía saber si se llegó a detener al culpable. Yo conocía de vista a Marcos y aquel suceso me marcó de por vida. Vivíamos a pocos metros de distancia y, aunque íbamos a colegios diferentes, hicimos juntos la primera comunión. Solía verlo en el barrio, jugando en la calle, y es cierto que era un niño muy extrovertido y simpático. No soporto pensar que casos como este se queden sin resolver, que haya personas capaces de cometer semejantes atrocidades y no paguen por sus actos. Pobres padres, es muy triste. En fin, un saludo.

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    joseantoniogil@gestoriagilgranada.com 2 años

    Buenas noches , el caso es que nunca me he olvidado de él fuimos amíguillos  en aquel entonces, nuestro barrio era figares  y calle San José baja , el día que fui a comprar el periódico a casa de Doña Carmen que tenía un lkiosko me quede muy triste al ver su foto en primera página en el periódico ideal.. nunca se me ha olvidado su cara ni aquel fatídico día. Sé que se hizo una gran investigación y que a partir de aquel momento todo ya no fue igual.
    Recuerdo esto porque al ver el caso de las chicas de alcasser pienso que quizás haya alguna posibilidad de encontrar a su asesino  ya que hoy día hay nuevas posibilidades para ello Quien sabe ojalá y en paz descanse .
    Tú amigo .

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