Carta de un docente al Vicepresidente de la Junta, Juan Marín, por su intención de alargar las clases hasta julio

Carta de un docente al Vicepresidente de la Junta, Juan Marín, por su intención de alargar las clases hasta julio

El profesor granadino, Emilio Morillas Fernández, ha dirigido una carta al vicepresidente de la Junta, Juan Marín, después de que éste anunciara en la Cadena Ser la prolongación de las clases hasta el 20 de julio. El docente defiende el prestigio, el trabajo, la dedicación y el compromiso del profesorado en unos momentos muy complicados para todo el mundo, pero especialmente complejos para algunos sectores, como la enseñanza.   

«Hace unos días tuvo a bien Juan Marín, Vicepresidente de la Junta de Andalucía, decir que si hacía falta, las clases terminarían un 20 de Julio, que por estudiar un mes más, no pasaría nada.

Y ahora, yo tengo a bien contestarle, porque no me da la gana que desprestigie al colectivo docente, a nuestro alumnado y a sus familias de esta forma.

Llevo dos semanas haciendo jornadas laborales docentes muchísimo más largas de lo que mi convenio me exige. Y no lo hago por presión de mis directoras, lo hago porque entiendo que tengo que prestar un servicio extra en esta situación, para que nuestro alumnado pierda la menor cantidad de contenidos posibles, aun a sabiendas que la calidad y calidez que da un aula y una explicación por parte de un maestro o maestra, no tiene precio.

¿Sabe Juan Marín lo que es leer y responder no menos de 300 emails con dudas sobre plataformas digitales, deberes y cómo subir ejercicios a las mismas? ¿Sabe lo que es estar en permanente contacto con todas las familias con mi teléfono personal, llamarlos para checkear que están recibiendo la información y para ayudarles a gestionar esto lo mejor posible?

¿Sabe Juan Marín, lo que es tener una carpeta de 1,19 GB, con 38 subcarpetas y 500 archivos en su interior con las tareas que programamos y diseñamos online, además de bajar y corregir cada una de las tareas que nos mandan nuestro alumnado para que vayamos haciendo el seguimiento de su aprendizaje? ¡Ah! Y a todo eso, súmele quienes tenemos hijos e hijas, a los cuales también les tenemos que explicar y atender como merecen, amén de escanear sus trabajos y enviarlos a sus correspondientes maestros y maestras.

¿Le puedo preguntar Juan Marín, qué hubiera pasado con esos niños y niñas, si yo no tuviese dispositivos informáticos en mi casa o una conexión a Internet? En mi convenio no pone en ningún momento que todo docente tenga en su casa esos requisitos, pero me consta que hay compañeros y compañeras que han pedido prestados dispositivos informáticos para darle salida a todo el trabajo que tenemos. E igualmente, algunas familias están saliendo al paso como buenamente pueden.

¿Sabe, señor Vicepresidente, a qué temperatura estamos en Andalucía en verano? ¿Sabe a qué temperatura se puede estar en un aula en julio con 26 niños y niñas? Ah no, es que usted trabaja en un despacho con aire acondicionado, como su compañero el «Cari». Si, aquel cuya pareja hizo un vídeo deleznable en su despacho.

Ha despreciado el trabajo de miles de niños andaluces y andaluzas que, sumándole a que están encerrados y se les impide lo que más necesitan, moverse, están haciendo sus tareas, arrimando el hombro en la parte que les toca en la terrible situación que estamos viviendo.

También ha despreciado a sus familias, que están haciendo esfuerzos titánicos por sobrellevar sus situaciones personales y cooperar para que sus hijos e hijas, no pierdan comba.

Y por último, ha despreciado mi esfuerzo, mi trabajo, la profesión que tanto amo. Yo no estoy de vacaciones, ni mis compañeros y compañeras ni nuestro alumnado. ¿Acaso tengo yo la desvergüenza de decirle que está de vacaciones porque el Sistema Andaluz de Sanidad está en una situación crítica? No, uno arrima el hombro. Eso es lo que hacen los hombres y mujeres de estado.

Arrimar el hombro es lo que estamos haciendo tanto el alumnado, como las familias y el profesorado. Eso es lo que levanta un país de una crisis vital como la que tenemos.

Como decía aquél, «no pongas tus asquerosas manos sobre Mozart». Haga su trabajo y déjenos hacer el nuestro. No estamos de vacaciones, y nuestro alumnado y sus familias, tampoco.»

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