El Albaicín, entre la habitabilidad y el negocio por los alquileres vacacionales

• Plataformas como Airbnb provocan que algunos propietarios prefieran alquilar sus pisos en este enclave antes que residir en ellos

Pocos lugares hay en el mundo tan bellos como el barrio del Albaicín. Situado en pleno corazón de Granada, este enclave es casi único en toda la esfera, con unas privilegiadas vistas a la Alhambra y a la ciudad que cualquiera envidiaría, sobre todo cuando la luz dorada de la puesta de sol baña la estampa, o cuando cae la noche y todo se torna en un manto oscuro con miles de diminutos puntos de luz.

Recorrer las calles del Albaicín es recorrer Granada, su historia y su presente, sumergirse en el aura única que envuelve al barrio durante las 24 horas de los 365 días del año. Sin embargo, todo lo bueno tiene su contraparte negativa, y lo mágico de pasear por este enclave es también un reclamo para los turistas.

Este hecho no tiene por qué ser malo, especialmente en una ciudad como Granada, en la que se lucha por poner fin a la estacionalidad turística y se trabaja en mejorar los miradores desde el área de Turismo del consistorio granadino. Sin embargo, sí que se torna en un inconveniente en el momento en el que este fenómeno causa despoblación en uno de los barrios más bonitos y especiales del mundo.

El turismo trae consigo nuevas formas de negocio, no siempre lícitas o positivas, aunque tampoco siempre negativas. Una de ellas es la aparición de las plataformas de alquiler vacacional, como la conocida Airbnb. A través de ellas, los usuarios pueden ofertar alojamiento por días a precios mucho más baratos que un hotel y generando ganancias directas para los propietarios del inmueble. De forma inmediata, estas plataformas se han extendido por todo el mundo, y el Albaicín no ha sido ajeno a ello.

El barrio granadino cuenta con varios pisos ofertados en Airbnb, ya no solo durante el verano o fechas señaladas, sino durante todo el año. Esto no solo afecta negativamente a los establecimientos dedicados al hospedaje, sino que tiene una repercusión directa sobre toda la zona. Así lo asegura un estudio realizado por varias universidades, que indica que la llegada de Airbnb a un barrio sube los precios del alquiler hasta un 7% y los de compraventa un 19%, encareciendo la habitabilidad del barrio.

Preguntados al respecto, desde la Asociación de Vecinos del Albaicín deslizan que «en otros barrios o centros históricos les afecta mucho en seguridad y ruido». Sin embargo, estas no son las facetas que más preocupan a unos habitantes que, por desgracia, ya tienen que convivir con el ruido de los turistas cada noche. «A nosotros donde más nos afecta es donde más nos duele, en la despoblación», asegura Marga, miembro de la Asociación de Vecinos, que lamenta que «se prioriza el negocio frente la habitabilidad».

Con la aparición de este tipo de plataformas, cada vez son más los vecinos que han decidido poner su piso en alquiler en ellas y dejar de vivir en él. Algunos han recurrido a esta medida porque ya no utilizaban el inmueble, otros simplemente por generar dinero, mientras que algunos incluso han preferido ‘unirse al enemigo’ al no poder vencerlo y jugar esta baza como as en la manga para escapar de la turistificación del barrio mientras se aseguran ingresos. Mientras tanto, desde la Asociación de Vecinos del Albaicín lamentan que «cada vez se hace más difícil mantener poblado un barrio patrimonio de la humanidad cuya declaración fue otorgada no por ser un conjunto monumental, sino por ser un barrio histórico habitado».