El crimen del Pub Directo: suma y sigue (2001)

En un espacio de 21 años, que son los que median entre 1994 y 2015, el autor del conocido como “crimen del Pub Directo”, perpetró al menos otros dos hechos atroces. Todos revelan el espíritu, la tendencia,la predisposición criminal de un hombre, José Antonio M.B. que, desde su infancia y adolescencia y hasta cumplir 35 años, ha reunido para su particular currículo cuatro homicidios y asesinatos. Aunque bien pudieron ser mas de no errar en su intento. Nuestro protagonista criminal en este nuevo capítulo tiene actualmente 39 años. Cumple condena, una larga condena, que aún con las limitaciones temporales de cumplimiento de las penas de privación de libertad, no le permitirá recuperar la libertad hasta pasado el año 2040. Eso sí, si no quebranta nuevamente su condena con ocasión de algún previsible permiso carcelario.

Tenía 14 años

En mayo de 1994 una noticia sacudió la sociedad granadina: una chiquilla de 6 años había desaparecido. Había sido vista por última vez por su hermanastro. Los dos habían ido juntos a buscar caracoles, pero solo regresó José Antonio que únicamente pudo explicar que en un momento dado perdió de vista a la niña. Al día siguiente, gracias al amplio dispositivo de búsqueda desplegado por la policía el cadáver de Nerea Risquel, fue encontrado dentro de una arqueta de registro de EMASAGRA en la localidad de Cenes de la Vega, donde ambos menores vivían con su familia.

Un día después del terrible hallazgo del cadáver de la niña, José Antonio, nervioso, daba versiones contradictorias de lo sucedido. Fue durante el sepelio de Nerea, hasta el punto de que alentó la sospecha de las autoridades. Había pasado de no saber nada de lo sucedido a manifestar que había empujado a su hermanastra al canal de agua que la condujo hasta el pozo en el que fue encontrada sin vida. La Fiscalía manifestó desde el primer momento que los indicios que ofrecía el hallazgo eran suficientes como para hacer creer que la muerte de Nerea no había sido fortuita y que en ella había intervenido de manera activa su hermano”.

Inmediatamente, José Antonio, un chaval inestable de 14 años reconoció ser el autor de la muerte de la hija de la entonces compañera sentimental de su padre Miguel M. S. Por aquellos hechos sería condenado por el Juzgado de menores a dos años de internamiento en un centro cerrado. Los técnicos que participaron en el caso, en particular, y la sociedad en general, estaban horrorizados con la frialdad del crimen, realizado sin justificación alguna. A partir de su puesta en libertad, José Antonio M.B., comenzaría una marcada senda de desencuentros con la justicia jalonada por incidentes relacionados con asuntos de robos y tráfico de drogas.

El Pub Directo

El del Pub Directo no fue el primero ni sería tampoco el último crimen del joven José Antonio M.B. Vecino de la localidad de Cenes de la Vega, considerado como un peligroso delincuente al que ya podríamos llamar de leyenda; pero de leyenda negra del crimen. No contradijo los augurios de muchos de los profesionales que le conocían o le habían tratado y el 8 de abril de 2001 cometería dos asesinatos y a punto estuvo de cometer otro más.

Alrededor de las 9 de la mañana de aquel día, 8 de abril, que era Domingo de Ramos, Miguel M.H. de 41 años de edad, con diversos antecedentes penales especialmente por conducir bajo efectos del alcohol, recaló en el Pub Directo, un “after hour”, situado a la altura del 101 del Camino de Ronda, en un callejón próximo a la calle Arabial, que había abierto durante la madrugada para dar servicio hasta bien entrada la mañana a los clientes desalojados de otros locales ya cerrados. Llegó tras visitar diversos establecimientos durante la noche anterior en compañía de un colega, de 22 años de edad que, detenido posteriormente con ocasión del suceso, fallecería poco después, antes de la celebración del juicio oral de la causa. Ambos hombres, Miguel y su acompañante, conocido como “esteban”, llegaron para tomar unas últimas copas, acomodándose en un lado del establecimiento. Pocos minutos después, llegó un grupo de tres hombres formado por Juan Aguilera González, conocido como «cobra» o “santo”, de 29 años, José Manuel Gutiérrez Cortés, de 27, conocido como “nota” y también como “chato», y Antonio Javier Quintanilla, de 22 años. Los tres habían pasado toda la noche en diversos bares y discotecas de Granada consumiendo alcohol.

A poco de llegar, Juan Aguilera se dirigió a Miguel M.H. entablando conversación con él. Querían adquirir un gramo de cocaína que supuso éste podría proporcionarle, discutiendo con él sobre el precio a pagar, si bien no llegó a suscitarse ninguna desavenencia evidente entre ambos. Pendiente la cuestión del precio, llegó al pub José Antonio M.B., que contaba en ese momento con 21 años de edad, al que Miguel M.H., su padre, y “esteban”, habían llamado por teléfono repetidamente para que se reuniera con ellos. Nada más entrar y acercase José Antonio M.B. saludó a ambos y se sumó a la conversación que mantenían con otro cliente del local con el que charlaban en ese momento.

Pasado un rato, Miguel M.H. se dirigió hasta donde estaba Juan Aguilera para tratar sobre la venta de la cocaína. Se les acercaron entonces José Manuel “el chato” y Antonio Javier Quintanilla, el primero de los cuales cogió a Miguel M.H. por el brazo y en tono que pudo sonar provocador, le dijo: «¿Qué pasa Luis Manuel ?»; y de inmediato José Antonio M.B. —hijo de Miguel—, suponiendo en aquella situación algún signo de alarma, acudió junto a su padre, sacó una pistola de 9 milímetros que llevaba consigo, y sin mediar palabra efectuó siete disparos sobre los tres hombres, Juan Aguilera González, Juan Manuel Gutiérrez Cortés y Antonio Javier Quintanilla, que rodeaban a su padre. Los dos primeros murieron en el acto al alcanzarle los disparos en puntos vitales del cuerpo —la cabeza y el tórax— y el tercero, Quintanilla, el más joven, no perdió la vida por poco, pero le causó graves lesiones de las que tardaría más de un año en curar, debatiéndose durante un mes hospitalizado en la UVI, entre la vida y la muerte, al interesarle órganos vitales del abdomen por lo que precisó varias intervenciones.

Huida y detención

Acto seguido Miguel M.B., José Antonio M.B. y “Esteban”, éste último no participó en los hechos, así como los demás clientes del establecimiento salieron apresuradamente del local quedando en el interior solo los tiroteados y el dueño del Pub Directo. No obstante, Antonio Javier Quintanilla, a pesar de sufrir graves heridas, dejando un reguero de sangre y valiéndose como pudo, dejó caer tras la barra una navaja que llevaba en el bolsillo, suponiendo que sería cacheado por la Policía, que no tardaría en llegar.

En medio del revuelo subsiguiente provocado por el tiroteo, padre e hijo, Miguel M.H. y José Antonio M.B., se dieron a la fuga, huyendo por las calles próximas, hasta alcanzar seguramente, un vehículo con el que se desplazarían primero hasta Cenes y luego hasta otro lugar donde fueron para esconderse. Durante las semanas siguientes permanecieron ocultos, no pudiendo ser localizados por la policía, que anduvo tras ellos casi dos meses.

La detención de Miguel M.H. se llevó a cabo el miércoles 30 de mayo de 2001, cuando salía de un club de alterne de Granada, ciudad en la que había permanecido escondido desde que ocurrió el asesinato del Domingo de Ramos, mientras que su hijo fue detenido al día siguiente en Madrid, ciudad donde se ocultaba en casa de unos familiares. Miguel fue localizado por los agentes del Grupo de Homicidios, que habían visitado varios clubes de alterne a los que presumiblemente había acudido Miguel M.H., al que al final localizaron en un establecimiento situado en el Camino de Ronda, cerca del lugar donde ocurrió el crimen. Aunque intento evadir la acción policial al percatarse de la presencia de los investigadores, fue detenido finalmente. Portaba documentación falsa y una pistola «CZ», modelo «27», que portaba a la cintura, equipada con un cargador provisto de siete cartuchos del calibre 7’65, Browning, y otros siete cartuchos más en un bolsillo de la chaqueta. En Madrid la policía logró estrechar el cerco a José Antonio M.B. y sería detenido pocas horas después portando documentación falsa. Los agresores del Pub Directo de Granada habían sido detenidos en una operación conjunta y coordinada después de haber sido localizados el paradero de ambos y establecerse en las dos ciudades un discreto dispositivo de vigilancia, para no alertarlos.

Un solo condenado

El juicio oral por el sumario 18/2001 que había sido instruido por el Juzgado de Instrucción núm. 8 de Granada, tuvo lugar ante la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Granada, el 27 de enero de 2004. El juicio se extendió durante varias sesiones al final de las cuales y declarado concluso, se dictó sentencia por la que se condenó por los delitos de asesinato, exclusivamente a José Antonio M.B., imponiéndosele las penas de quince años de privación de libertad por cada uno de los delitos de asesinato consumados y diez años más por el efectuado en grado de tentativa, más dos años más por tenencia ilícita de armas, accesorias, costas y la obligación de indemnizar a los perjudicados por el delito en las cantidades reflejadas en la resolución. A Miguel M.H., el padre del condenado por los delitos de asesinato, se le impuso solo la condena de dos años de prisión por tenencia ilícita de armas, quedando inmediatamente en libertad, dado que había estado más de dos años como preventivo. El tiempo máximo de cumplimiento de la condena de privación de libertad quedó fijado para José Antonio M.B. en un máximo de 25 años.

Suma y sigue

Pero no iba a ser la última fechoría del asesino del Pub Directo. José Antonio M.B. había sido diagnosticado durante la causa del Pub Directo de padecer un trastorno disocial de la personalidad, de naturaleza esquizoide, con inestabilidad emocional, que se manifiesta en reacciones impulsivas y desproporcionadamente agresivas frente a estímulos de menor entidad, si bien conservaba su capacidad para comprender la licitud o ilicitud de sus actos, e incluso para actuar conforme a esa comprensión. José Antonio saldría con un permiso carcelario en diciembre de 2014, diez años después de ser condenado. Salió del centro penitenciario Madrid VI en donde cumplía condena y ya no regresó. Quebrantó la condena que le había sido impuesta por los asesinatos del Pub Directo.

Poco después, José Antonio M.B., en una plaza de la localidad de La Zubia, de madrugada, en otra acción espeluznante, el 12 de mayo de 2015, perpetró otro asesinato. Con la determinación y premeditación de acabar con su vida, entre las 1 y las 3 de la madrugada abandonó la casa donde vivía con su compañera sentimental. Antes tomo un cuchillo de grandes dimensiones. Poco después asestaba a Salvador “el chimeneas”, un compañero de módulo entre febrero y abril de 2012 con el que estaba enemistado, varias puñaladas por la espalda. Después se marchó tranquilamente y no sería detenido hasta final de julio de 2015. Por esta nueva muerte a traición fue considerado culpable de asesinato por el Tribunal del Jurado y fue condenado a otros 20 años más de privación de libertad.

José Antonio M.B., el asesino del Pub Directo, tiene actualmente 39 años de edad. Seguramente pasarán muchos años para que vuelva a ver la luz del día desde la libertad en una calle o plaza de España. O no, a saber. Porque no fue así cuando cometió el conocido como el crimen de la Zubia.

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