El Hospital San Cecilio acredita su sistema de gestión medioambiental

El Hospital San Cecilio acredita su sistema de gestión medioambiental

  • El consumo de agua ha decrecido en más de un 27 por ciento

El Hospital Universitario Clínico San Cecilio ha acreditado nuevamente su Sistema de Gestión Ambiental conforme a la normativa europea vigente, según ha constatado la entidad certificadora AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación) en su último dictamen emitido al respecto.

Se ha certificado que el Sistema de Gestión Ambiental cumple con la normativa ISO 14001:2015, así como con el Reglamento europeo 1221/2009 y el Reglamento (UE) 2018/2026, EMAS III.

De esta forma, el hospital acredita que realiza una gestión adecuada y equilibrada de la repercusión que su actividad produce en el medio ambiente.

En el proceso de certificación ha sido fundamental el papel de los profesionales de la unidad de Gestión Ambiental y Calidad del Hospital San Cecilio que supervisan la actividad del centro, proponiendo acciones de mejora e impulsando medidas encaminadas a minimizar el impacto ambiental.

El responsable de Gestión Ambiental, Rafael Valero, ha destacado que «este certificado refuerza el trabajo del hospital, que ha adquirido compromisos voluntarios en materia de sostenibilidad para desarrollar su actividad de forma respetuosa con el medio ambiente».

Así, según se desprende del informe, se ha logrado reducir considerablemente el consumo de energía eléctrica en un 5,3% por ciento y de agua en un 27 por ciento.

Igualmente, se ha reducido el nivel de emisiones de dióxido de carbono en un 6,5 por ciento y el uso de papel en más de un 16 por ciento, gracias a los procesos de digitalización llevados a cabo en distintos servicios y unidades del hospital.

Todo ello en un contexto en el que el volumen de pacientes atendidos por el hospital ha crecido con respecto al ejercicio anterior.

El consumo de agua ha decrecido en más de un 27 por ciento gracias a la implantación de medidas tales como la instalación de atomizadores o economizadores en el 50 por ciento la grifería de duchas y lavabos; la colocación de grifos temporizados en el 25 por ciento de los lavabos de los aseos públicos y la puesta en marcha de un sistema que permite reutilizar el caudal de la denominada ‘agua de rechazo’, para ser reaprovechada en los fluxores de los baños y aseos.

La reducción en el uso de energía eléctrica ha sido del 5,31 por ciento gracias a acciones de mejora para optimizar el uso de la energía como la programación de los horarios de arranque y parada de los equipos de climatización de las zonas en las que no se trabaja las 24 horas (como administración y consultas externas); o el sellado de ciertas ventanas

También se han instalado sistemas de detección automática de ventanas abiertas, que al activarse interrumpen la climatización en esa área (implantado ya en un 40 por ciento de las instalaciones hospitalarias).

Además, se ha colocado adhesivo de protección de radiación solar en ventanas y zonas acristaladas para reducir el efecto invernadero en el interior (instalación realizada en el 25 por ciento del edificio); y se han instalado puertas automáticas y cortinas de aire en pasillos generales que conectan distintas fachadas de edificio, para preservar las zonas interiores climatizadas de las corrientes de aire exterior (instalación realizada al 80 por ciento).

Del mismo modo, en lo que a reducción del consumo de luz se refiere, se han sustituido lámparas fluorescentes por leds de las dos plantas del parking interior; se han instalado detectores de movimiento en el 40 por ciento de los aseos y salas de espera que regulan el encendido y apagado del alumbrado; y se ha acortado el circuito del tubo neumático de descarga de basura ahorrando energía en su funcionamiento.

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