Extinction Rebellion Granada protesta contra el fracking porque el mercado «tiene las manos manchadas de sangre»

Extinction Rebellion Granada protesta contra el fracking porque el mercado «tiene las manos manchadas de sangre»

  • Este viernes 11 de diciembre, las calles del centro de Granada han acogido una acción no violenta del tipo performance contra el fracking realizada por el nodo granadino de Extinction Rebellion, un movimiento internacional contra la crisis ecológica

Una «Comitiva Negra» integrada por una docena de activistas ha desfilado por las calles comerciales del centro, junto con dos activistas con las manos manchadas de rojo que simulaban ser empresarios de Naturgy y Repsol y otros miembros del colectivo que portaban carteles y pancartas en los que se leía «fracking = ecocidio» o «Repsol must fall».

Este acto, enmarcado en una campaña internacional contra el fracking a la que se han sumado una veintena de países, ha denunciado los impactos ambientales, sanitarios y sociales que está teniendo la técnica del fracking en todo el planeta y, especialmente, en zonas de Latinoamérica, de África y de Asia. Con ello, se ha conectado las luchas de los países del Sur Global con los países de Europa donde se encuentran las sedes de las principales multinacionales que importan el gas natural licuado que se extrae de ella.

El fracking es una técnica que consiste en inyectar grandes cantidades de líquido a gran presión en el subsuelo para fracturarlo y liberar el gas y petróleo atrapados en él. Entre las principales consecuencias para la población de las zonas de extracción, Extinction Rebellion (XR) cita «los bosques deforestados, terremotos, acuíferos y cultivos contaminados por los productos químicos utilizados en la fracturación, lo cual provoca enfermedades en la población, problemas para alimentarse, aumento de infertilidad, abortos espontáneos, defectos de nacimiento, y el aumento de la mortalidad infantil». Además, debido a la gran cantidad de metano (gas de efecto invernadero) que se libera durante el proceso, el fracking contribuye de forma alarmante al calentamiento global.

Durante el recorrido, los activistas, con mascarillas y guardando la distancia de seguridad, han difundido algunos testimonios de habitantes de comunidades afectadas por el fracking de Colombia y Argentina. En estos testimonios se acusa a las empresas dedicadas a esta técnica de actos genocidas por los graves problemas de salud que causan a la población (entre ellos, casos de leucemia infantil) y la persecución política y actos de terror que recaen sobre los activistas que se oponen a los proyectos extractivistas.

Asimismo, denuncian que a pesar de que la mayoría de países de Europa han prohibido la extracción por fracking en su propio territorio, permiten a sus empresas utilizarlo en otros continentes e importar el gas extraído de él desde Estados Unidos y países del Sur Global. Por ello, XR tacha de «hipócrita» el comportamiento de los gobiernos. En concreto, señalan que España es el primer país europeo en importar gas natural licuado (GNL), en gran parte procedente de la extracción por fracking. Endesa, junto con Repsol, Naturgy e Iberdrola, están entre los mayores compradores de este gas, cuyo origen «no se menciona en las páginas de ninguna de las empresas que lo comercializan, lo que resulta en una total falta de transparencia». «El sitio web del Ministerio de Transición Ecológica tampoco informa sobre el origen del gas importado a España», denuncia el colectivo ecologista.

En el manifiesto leído frente a la Subdelegación del Gobierno de Gran Vía, acusan al mercado global del fracking de tener las manos manchadas de sangre. Simultáneamente, han lanzado una petición en Change.org para que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico prohíba terminantemente la importación de productos extraídos por fracking.

Los nodos de XR que también se han alzado en contra de dichas decisiones políticas y actos empresariales lo han hecho en España (Málaga, Murcia, Valencia, Ibiza y Barcelona), Colombia (Bogotá, Quindío y Medellín), Argentina (Mendoza) y México (Chihuahua) en el marco de la campaña Shale Must Fall (en alusión al gas de esquito) inspirada en la campaña neerlandesa contra la empresa Shell (Shell Must Fall), que tiene como eje central los conceptos de justicia climática y solidaridad internacional, asociadas a las luchas anticoloniales del Sur Global.

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