IN

Para todos aquellos que hemos sido malos estudiantes, las siglas IN las teníamos grabadas a fuego. Era nuestra peor pesadilla, ya fuese en exámenes o en las notas trimestrales. Significaba que no habías hecho bien tu trabajo y conllevaba (ahora los tiempos han cambiado) castigos como no poder salir con los amigos, amén de prohibiciones varias.

Ahora que se acerca el inicio de curso, el prefijo IN me está martilleando la cabeza mientras intento aislarme apurando las últimas horas de mis merecidas vacaciones. En unas horas, estaré de vuelta a mi colegio, arrancando un curso bastante extraño.

INcertidubre es lo que tenemos en el colectivo docente y en las familias ante la vuelta a las clases. A día de hoy, tenemos un par de instrucciones no muy claras, redactadas en junio, cuando la situación sanitaria no era, ni por asomo, la que es hoy.

INcalculable es el daño que se le está creando a nuestro alumnado, privándoles de un acceso coherente a la enseñanza, donde el componente socializador de la escuela se perdió durante el confinamiento, por mucho que se “relacionasen” a través de entornos digitales. Volver así a las aulas es la crónica de una muerte anunciada. Una reducción de grupos, de horario lectivo y de materias presenciales, priorizando las materias instrumentales (léase Lengua, Matemáticas e Inglés), trabajando online el resto de áreas, hubiera sido, en mi humilde opinión, el mejor de los escenarios educativos posibles. El barniz de piel que aporta la escuela es INsustituible.

INeficaces son las medidas que se nos han propuesto tanto desde el Ministerio de Educación, como desde la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Durante estos meses, hemos visto cerrarse el ocio nocturno por estar mucha gente congregada y en un mismo espacio. A los organismos públicos tienes que acudir con cita previa para evitar una masificación. Se han restringido los grupos de reunión a diez personas, se ha prohibido fumar en la calle si no se respeta una distancia de seguridad de dos metros. Hemos visto auténticas peleas en las playas por las distancias en las que cada familia ponía sus sombrillas intentando respetar los dos metros de distancia. ¿Acaso hay menos riesgo juntando a veinticinco o treinta alumnos y alumnas en una clase de unos cincuenta metros cuadrados y sin distancia de seguridad? Quizás hayan pensado que la tiza de la pizarra es un buen neutralizador del maldito COVID-19…

INaudito es la forma en la que se está tratando al colectivo docente. Ese colectivo que ha trabajado sin descanso y sin horario en el tiempo de confinamiento. Realmente nos sentimos INtranquilos tanto por la vuelta al colegio, como por la salud de la comunidad educativa, de nuestras familias… Pero nadie da una respuesta. La patata caliente va volando del Ministerio a las Comunidades Autónomas y viceversa.

INcreíble es que los Centros de Salud continúen cerrados y tengas que pedir cita telefónicamente, con todo lo que va a empezar a generarse en septiembre. Desde familias histéricas ante un posible resfriado, hasta familias laxas que teniendo síntomas de coronavirus lo traten como un simple resfriado. ¿Realmente tenemos la atención sanitaria que nos merecemos y que estamos pagando? Porque no sé ustedes, pero yo me siento totalmente desprotegido ante la que se nos viene encima. 

INcoherente es que anuncien que van a hacernos al personal docente y no docente los test rápidos del COVID-19. Unos test cuya eficacia es bastante mejorable. ¿No sería mejor hacer los test serológicos habida cuenta de la cantidad de bajas en el personal docente que hubo en febrero y que diagnosticaron de gripe común, ya que no tenían datos precisos sobre la sintomatología del coronavirus? Hubiera sido una buena forma de acercarse más a la realidad que se vivió al confinamiento.

INusitado es que se haya delegado en los Equipos Directivos de los centros educativos, el diseño del plan anti-covid. Unos Equipos Directivos formados por docentes, cuyos “estudios” de medicina le dan para diferenciar qué medicamento se tomaba contra la resaca, si el paracetamol o el ibuprofeno. Con toda su buena voluntad han diseñado los protocolos, pero… ¿será suficiente o también les cargaremos la responsabilidad de los posibles contagios que se produzcan en los centros?

INdignante es la recomendación que la Liga de Fútbol Profesional, sobre la no asistencia de los hijos de futbolistas a los centros educativos. Aquí ya estamos viendo claro cuál es la postura, a parte del negocio que genera, que tenemos en el país. Alguien ha tenido que recomendarles tanto a la Liga como a nuestros puestos políticos dedicados a la educación, la lectura de la cita de Juvenal, aquella de “al pueblo démosle pan y circo”. El circo del fútbol es prioritario para que la gran cantidad de problemas que se nos avecinan, se diluyan como un azucarillo en el café de la mañana al pensar si Messi seguirá en el FC Barcelona, si entre los de Zidane habrá limpia o si el Granada CF consigue avanzar una ronda más en la Europa League. La táctica de Celáa e Imbroda, la han cogido del rugby. Patada a seguir.

INformación es lo que necesitamos. Nadie aporta un dato coherente y fehaciente ante esta situación. Nadie aporta soluciones. Juanma Moreno cree que la vuelta al colegio es segura. Mis alumnos y alumnas creen en el Ratoncito Pérez… Un baño de realidad es lo que las altas esferas es lo que necesitan.

INcendiaria puede resultar mi primera columna en “La voz de Granada”. Pero solo puedo reflejar mi sentir personal como padre y docente, y servir de altavoz de todas aquellos compañeros y compañeras, así como de las familias, que estamos preocupados con el inicio del curso.

Permítanme terminar, calificando con INsuficiente a la Ministra Celáa, e INsuficiente para el Consejero Imbroda. Si ya se llevaron un “maravilloso” IN en junio, se llevan otro en septiembre. No han sido capaces de presentar los trabajos de recuperación que se les habían pedido. No han sabido asimilar que el motor del cambio social y económico de un país es la educación. Para ellos, parece que todo esto es INtrascendente.

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COMENTARIOS

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    Clara 4 años

    Magnifico artículo y me sumo a su frase de crónica de una muerte anunciada

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    Vickyolmo 4 años

    Muy buen artículo Emilio, es la realidad a la que nos vamos a enfrentar, se puede decir más alto pero no más claro

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    Álvaro Pérez 4 años

    Felicidades Emilio por el artículo.

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    Ana Jiménez 4 años

    Magnífico, Emi. Gracias por ser la voz de toda la comunidad educativa.

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