Investigadores de la UGR analizan el deslizamiento del talud de la autovía A-7 en Castell de Ferro 

Investigadores de la UGR analizan el deslizamiento del talud de la autovía A-7 en Castell de Ferro 

  • Los científicos de la UGR advirtieron en ese mismo momento del riesgo inminente de colapso del talud a un responsable de la empresa dedicada a la conservación de la vía

Investigadores de la UGR especializados en inestabilidades del terreno, junto con investigadores de la Universidad de Jaén, del Centro Tecnológico y de Telecomunicaciones de Cataluña (CTTC) y del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) están estudiando la evolución y causas del reciente desprendimiento de un talud en la A-7 en Castell de Ferro (Granada).

Hace algo más de una semana, en una salida rutinaria, miembros del grupo de investigación “Análisis del Relieve y Procesos Activos” (ARPA), formado por investigadores del departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada (UGR) y del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), se toparon con el talud de la A-7. En esos momentos, la inestabilidad se reflejaba por pequeños desprendimientos y la apertura de grietas en la coronación del talud. La visita realmente tenía el objetivo de explorar el talud de enfrente.

El grupo de investigación se había planteado aplicar varias técnicas de control topográfico en ese lugar, donde la pasada primavera se produjo otro deslizamiento que dañó varios depósitos de agua, un camino de acceso y un invernadero. Sin embargo, debido a la desestabilización del talud, surgió la oportunidad de aplicar esas mismas técnicas en una situación de verdadera emergencia.

El investigador del departamento de Geodinámica de la UGR Jorge Pedro Galve puso en conocimiento de la empresa adjudicataria del mantenimiento y conservación de la A-7, así como a la Demarcación de Carreteras, del inicio de una investigación a fondo del talud.

Escaneo con láser

El pasado jueves 11 de marzo, horas antes de la rotura, el equipo del proyecto RISKCOAST realizó un levantamiento topográfico de alta resolución mediante el escaneo del talud con láser, y tomó fotografías con un dron. De este modo, los investigadores tenían registrado el “antes” del derrumbe.

El profesor Galve comunicó en ese mismo momento el riesgo inminente de colapso del talud a un responsable de la empresa dedicada a la conservación de la vía. El viernes, 12 de marzo, horas después del derrumbe, se realizó un nuevo vuelo de dron con el fin de registrar el “después” del desprendimiento mayor.

Los datos recopilados permitirán elaborar modelos 3D de gran detalle, con los que se podrán cubicar volúmenes, estudiar la evolución del desprendimiento y obtener valiosa información, tanto de la geometría como de la geología del talud.

Paralelamente, se están procesando imágenes radar de satélite para conocer cuándo comenzaron los movimientos y dictaminar el motor desencadenante del fallo del talud (lluvias, terremoto, rotura de alguna tubería de agua, etc.). El equipo investigador involucrado en el proyecto RISKCOAST prevé realizar nuevos trabajos de control topográfico en los próximos días para monitorizar la evolución del talud.

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