‘Invisible’ exhibe el potencial del ‘arte dramágico’ en la apertura del Hocus Pocus

‘Invisible’ exhibe el potencial del ‘arte dramágico’ en la apertura del Hocus Pocus

  • El nuevo espectáculo de MagoMigue abrió la 18ª edición del festival de magia en una jornada llena de ilusionismo y risas

Todo es invisible. La verdad no puede verse, tampoco la mentira. Lo esencial, de hecho, es invisible también. Bajo esta premisa nació ‘Invisible’, el nuevo número de MagoMigue, encargado de dar el pistoletazo de salida a la edición con la que Hocus Pocus cumple este año la mayoría de edad fusionando la magia y el teatro en el bautizado como ‘arte dramágico’.

La velada fue mágica, y no solo por lo ocurrido sobre la tarima. Son varios los magos que defienden que la verdadera magia es esa conexión que se genera entre quien realiza el espectáculo y sus receptores, ya sean los que acuden como público o aquellos valientes que se ofrecen voluntarios para prestarse a los designios de los ilusionistas. No deben de equivocarse, pues la atmósfera cambió completamente cuando se apagaron las luces del anfiteatro del Centro Federico García Lorca, llenando el ambiente de expectación ante el nuevo número del bicampeón mundial de magia.

Aparecieron sobre el escenario los ‘compinches’ de MagoMigue, Piñaki Gómez y David Montañés ‘Monti’. Este último fue el encargado de poner música a todo el número con una excelente interpretación en piano, mientras que Piñaki Gómez puso la voz, la puesta en escena e incluso algún que otro truco que arrancó varios aplausos. Tras ellos, el director del festival salió a la tarima para desaparecer ante los ojos de la sala.

Hace un año, MagoMigue prometió en la última edición que volvería invisible a una persona del público en 2019, centrando todo el espectáculo en su viaje a lo largo de estos 365 días para lograr idear, refinar y perfeccionar un truco a priori imposible. Entre pases mágicos de Miguel Puga y Piñaki Gómez se sucedían sin parar ‘gags’ que llenaban el graderío de risas, alternadas con aplausos o gritos de sorpresa cada vez que sucedía algo sobre el escenario.

Hubo participación del público hasta niveles insospechados, música, mucha magia, comedia y un sinfín de factores que demuestran que el ‘arte dramágico’ tiene un enorme potencial por delante. Si todo número mágico tiene un cierto toque de teatro, incorporar aún más detalles hace una cohesión perfecta que dota a cada momento de carisma.

Todo es invisible, incluso MagoMigue lo fue, pero también todo se puede sentir. Anoche, Granada sin duda que sintió el trabajo detrás de un número medido al milímetro, desde lo que sucede en escena hasta el realizado tras bambalinas por los técnicos de iluminación. Primer espectáculo de Hocus Pocus y primer lleno, no fue para menos, pues la 18ª edición del festival arrancó desafiando la tan escuchada frase de «la magia no existe» a golpe de ilusionismo. La magia existe, ayer se produjo entre el trío del escenario y su público, y estos días puede disfrutarse en Granada de todas las formas habidas y por haber.

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