La Junta ignora los comedores escolares

Que la Junta de Andalucía lleva años ignorando el servicio de comedores escolares no es nada nuevo. Desde nuestra organización llevamos innumerables años demandando que todos los comedores de los centros educativos sean de gestión directa y no estén en manos de empresas privadas donde dejan a su paso, como el caballo de Atila, un secanal en forma de contratos precarios, de comida de catering y un servicio, en muchos casos, deficiente para las niñas y los niños de nuestras escuelas.

La gestión directa de este servicio básico supondría la constitución de cocinas in situ en todos y cada uno de los colegios, lo que significaría comida de calidad realizada a lo largo de la jornada escolar y uso de productos de temporada y de cercanía. Esto conllevaría la dinamización de la economía local, una menor huella ecológica y un servicio de mayor calidad con sueldos dignos. Y para muestra dos ejemplos de cocina in situ donde la calidad de su comedor es su mejor valedor, hablamos del CEIP Sierra Elvira y el CEIP Gómez Moreno.

Pero años de privatización por parte de la Junta de Andalucía han ocasionado graves problemas a corto, a medio y a largo plazo haciendo buena esa frase “de aquellas lluvias, estos lodos”. Cuando irrumpió la pandemia ocasionada por el Covid-19 fueron numerosas las trabajadoras y trabajadores de Andalucía que veían, a principios de abril, como fueron despedidos a pesar de que la Junta afirmaba abonar sus sueldos. Esta situación creó una enorme incertidumbre al casi millar de trabajadores y de trabajadoras de la empresa de catering afectada, mujeres en su amplia mayoría y con sueldos muy bajos.

Pero ha pasado el verano y la espada de Damocles se vuelve a colocar sobre el colectivo que desarrolla su labor profesional en los comedores escolares de gestión privada. Una vez iniciado el curso académico, dos empresas renunciaron a la gestión del comedor de 17 centros de la capital lo que afectó a más de 1200 alumnas y alumnos de los 17.000 que demandaron el servicio para el presente curso. Esta renuncia, realizada tan solo dos días antes del inicio de curso escolar, no solo afecta a las familias que necesitan de este servicio para la conciliación familiar, laboral y personal, si no que esta espantada también impacta sobre las familias más vulnerables donde la comida escolar se convierte en un balón de oxígeno imprescindible para su maltrecha situación económica y laboral.

El gobierno andaluz al encontrarse con estos hechos, lejos de plantearse la recuperación de la gestión de estos comedores escolares para solucionar este problema, sigue empeñado en continuar con la privatización. De hecho, ha iniciado los trámites para licitar de nuevo la gestión de los comedores escolares de estos 17 colegios. La Junta para solucionar un problema ocasionado con la licitación de un servicio vuelve a recurrir a la misma fórmula de la licitación, ¡de locos!

Para nuestro partido, la gestión pública de los comedores escolares y en el establecimiento de cocinas in situ es solo una muestra de las demandas que planteamos en cuanto a este servicio básico y esencial. Con la situación actual de crisis sanitaria apostamos por una disminución de la ratio tanto en las aulas como en los servicios complementarios donde se englobaría los comedores. Pero esta disminución de ratio tiene que ir aparejada, de forma obligatoria, a la contratación de más personal, puesto que es la única vía para garantizar el mantenimiento de las clases burbuja también en estos espacios y evitar contagios.

La educación pública, las familias, el profesorado, la plantilla de los comedores y, sobre todo, el alumnado se merecen un servicio con cocina in situ, con gestión directa, con más personal, con sueldos dignos, pero para ello, la Junta debe atender las demandas y no debe hacer oídos sordos.

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