La realeza y el pueblo.

Me cuesta asimilar que la princesa Leonor, con la que está cayendo, se marche a estudiar al extranjero el Bachillerato a un exclusivísimo centro educativo donde acuden los más granados de la alta sociedad (y alguna beca que otra), por mucho que sus padres afirmen que van a pagar sus estudios con su asignación (eso también tiene su truco como expondré un poco más adelante). Son solo 38.247€ por curso.

Y es que nuestro sistema educativo no es lo suficientemente atractivo para la familia Real. Parece que ningún centro educativo de Bachillerato de España es ideal para su formación, así que hace las maletas. No es la primera, ni será la última de la nueva generación de los Borbones que lo hace.

El primero en hacer las maletas fue Froilán. Sí, ese que se pegó un tiro en el pie y tripitió curso. Su magnánima familia, tras aburrirse de ver a su hijo de fiesta en fiesta, lo enviaron dos años a Estados Unidos a estudiar al Internado Blue Ridge en Saint George, Virginia, por el módico precio de 85.000 € por curso, sufragado por la asignación de la Casa Real. Eso sí, terminó aprobando con el equivalente a un 6. Parece que la brillantez en los estudios no es lo suyo.

No se queda atrás su hermana Victoria Federica, más conocida por lucir bolsos de marcas caras que por otra cuestión más productiva. Ella estuvo dos cursos en Inglaterra, en Mayfieldl ST Leonard, por los que la Casa Real pagó 70.000 € por curso, pero parece que este dinero no estuvo tan bien invertido y, tras repetir curso, volvió a España.

Lo de los Urdangarines ya es harina de otro costal. Esta rama de la familia ha tenido su residencia habitual, desde que se desatapó el caso Noos, en Washington y en Ginebra. Durante su etapa en Suiza, estudiaron los tres Urdangarines en el colegio Ecolint de Ginebra, costando cada curso y por cabeza (y recuerden que en esta casa son cuatro) 30.000€, tasas y cuotas aparte. El mayor de ellos, Juan Valentín, está estudiando en la Universidad de Essex, en Inglaterra. De Miguel, pocos datos se tienen. Pablo sigue los pasos de su padre (los deportivos) y juega al balonmano en Francia. Mientras, Irene Urdangarín, sigue su formación por tierras helvéticas.

Si nos ponemos a hacer cuentas, nos empiezan a bailar los dígitos de tal forma que, los que somos del pueblo llano, no acertaríamos a solucionar la ecuación con exactitud. Tengan en cuenta que solo he reflejado el coste del curso académico. Ahí hay que añadirle los vuelos, la escolta y seguridad, sus gastos personales y demás parabienes que conlleva su linaje. Así que, para solucionar el problema, nos faltan datos.

Es cierto que cada familia tiene libertad para elegir el centro educativo que más le guste para sus hijos. En España, tenemos centros de Bachillerato que ofrecen educación de calidad y gratuita. Me parece una aberración que, la “primera familia de España”, haga ese (bajo mi punto de vista) desprecio a nuestro sistema educativo y al resto de personas que habitamos en este país. Y es que, aunque afirmen que van a pagar esa cantidad de los casi 400.000 € que tienen de asignación como matrimonio, teniendo al país en la situación económica en la que tenemos, no me parece digno. Y empleo la palabra “digno”, porque me retrotrae al último discurso navideño de Felipe VI: “Proteger a los más vulnerables y luchar contra las desigualdades que la pandemia ha creado o ha agravado es una cuestión de dignidad entre quienes formamos una misma comunidad política”. Las palabras se las lleva el viento.

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COMENTARIOS

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    Bárbara 3 años

    Espectacularmente maravilloso, Gracias maestro Emilio.

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