La Santísima Trinidad

Escribir este artículo el día de la Tarasca, o sea, cinco días antes de ser publicado es una necesidad y un riesgo. Una necesidad porque salgo (he salido) de Granada estos días de fiesta y me gusta cumplir fielmente mi compromiso con La Voz de Granada de enviar mi colaboración para ser publicada el 24 de cada mes. Y un riesgo (muy asumible) porque la cambiante actualidad política bien podría convertir estas modestas reflexiones en algo totalmente anticuado cuando vean la luz el citado día 24.

Por ello, huyo de los aspectos más coyunturales y cortoplacistas de la rocambolesca situación política del Ayuntamiento de Granada, derivada del Pleno constitutivo del 15 de junio, y me centro en aquellos aspectos mas «estructurales» y definidores del vodevil que, habida cuenta de que el plazo legal señalado para aprobar, definitivamente, el organigrama del nuevo gobierno municipal, termina el 15 de Julio, a buen seguro que permanecerán «vigentes» hasta casi dicho límite. Y ya veremos si hasta dentro de 4 años, o 2, o menos.

La santísima trinidad de PP, C,s y Vox juntó sus votos (14) para nombrar alcalde. Parece que sólo para eso, de momento, pues lo de nombrar Gobierno lleva otro ritmo y obedece a otros intereses. Dicho «ajuntamiento», al parecer, se basó en papeles escritos y firmados (que no públicos ni publicados), o bien, en juramentos a la antigua usanza, también llamados «pacto de caballeros», pues parece que hubo en ellos escasa participación de damas. Lo cual parece que conlleva disfunciones a la hora de interpretar lo pactado o lo hablado o lo votado. Hasta tal punto, que el tercio menos numeroso de la trinidad ha de recurrir a la testosterona lingüística, para intentar explicarse: el gallo no es capón, el toro es bravísimo, algo sobre huevos, y el siempre útil recurso a la lengua de Virgilio. Y cuando no es suficiente con la testosterona lingüística ni el Latín, aparecen graves amenazas para el alcalde en el horizonte. El líder del tercio menos numeroso de la trinidad amenaza, nada menos, con no compartir «ningún acto institucional» con el alcalde o líder del segundo tercio menos numeroso. Terrible amenaza para el primer edil, eso de que lo dejen sólo en las fotos. Se ve que han tenido poco tiempo de «conocerse» los minoritarios tercios de la trinidad.

Lo que si parecería una seria amenaza es el anuncio del tercio minoritario de presentar una Moción de censura al alcalde del segundo tercio minoritario. Digo parecería, porque para presentarla se necesitan 14 firmas de concejal@s (¿de donde las obtendrán?), 14 votos a favor en el Pleno (idéntica pregunta) y el nombre del candidato o candidata a la alcaldía, que intuyo no sería el del (a día de hoy) líder del tercio mas numeroso de la trinidad. O sea, otra dosis de humo. Aún quedaría otra amenaza más a realizar, y es anunciar el voto negativo a la necesaria modificación del Reglamento municipal que ha de dar cobertura a la nueva figura de la Vicealcaldía, y naturalmente, a su cobertura económica (imagino que nada de esto saldrá gratis). Lo mismo así, el tercio trinitario minoritario logra la desaparición política del líder (actual) del tercio trinitario mayoritario, sin tener que depender para ello de que, desde Madrid, se le tienda el anunciado (por algunos) puente de plata hacia no se sabe donde. Aunque me temo que renunciarán a esta posibilidad, pues dicho voto negativo también conllevaría eliminar de un plumazo la cobertura económica aplicable a ellos mismos. Que vista la tardanza (inexplicable) del Grupo Parlamentario de Vox en las Cortes Generales en renunciar a «las paguitas», todo indica que dichas «paguitas» están empezando a interesarle también al tercio trinitario minoritario de Granada. ¡¡Vayamos a tonterías!!

Y aún cabe una última posibilidad de acuerdo para el gobierno de la santísima trinidad, que es el turno pacífico en la alcaldía. Lunes, Miércoles y Viernes para Ciudadanos, bien su actual líder, o incluso el resto de ediles por riguroso orden alfabético, eso si. Martes, Jueves y Sábados para el PP, con idéntico reparto. Y los domingos (aprovechando que cierra la tienda de huevos) para el líder municipal de Vox. ¿Que podría salir mal con este arreglo?.

Quedaría para el análisis histórico y también para una importante reflexión política muy actual, el repaso de las nefastas consecuencias políticas que suele acarrear la cesión de la alcaldía granadina a quien no se ha ganado en las urnas detentarla, porque así lo decidió el pueblo soberano. Sobre todo, cuando esa cesión se inscribe en una política de pactos a varias bandas, en la que el menosprecio a Granada resulta evidente. Sobradas muestras tenemos al respecto. 20 años tardó el «andalucismo» en retornar al Ayuntamiento tras la cesión de la alcaldía granadina en 1979, fruto de esa política global de pactos. Supongo que buena parte del enfado existente en las filas del PP en estos momentos se debe a ese recuerdo y a su vigencia. La otra parte del enfado cabría achacarla a razones más terrenales. Pero algo de política debe quedar dentro del PP, y algo de sensatez para atisbar la gravedad de la situación y sus consecuencias. Cabe suponerlo en un partido con su trayectoria y su importancia.

En definitiva, considero que lo que antecede no es un buen contexto para empezar a intentar gobernar Granada. Ni unas buenas mimbres para tejer algo de confianza, de lealtad, siquiera de compañerismo, al menos para volver a enfundar los cuchillos. Pero la granadina santísima trinidad eligió su camino. Esperemos y deseemos que la ciudadanía granadina no los siga, vire el rumbo y evite el despeñamiento.

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