Las cosas de la política y la política de las cosas: 2+2≠4

Anda en una minoría más que absoluta el Alcalde de Granada, Luis Salvador, contestando en los medios de comunicación, lo que no ha logrado hacer cara a cara o a través de WhatsApp con Sebastián Pérez, el líder del PP, y aspirante sempiterno a la Alcaldía de Granada. Con la cifra de 4  o 7 concejales cada uno, aspiran a construir un nuevo acuerdo ahora que la Ley electoral ya lograron sortearla en Junio. Lo que si parece claro es que muchos votantes del PP y de Vox se estarán preguntando a estas alturas si ellos votaron por Luis Salvador.

Parece evidente y meridianamente claro que ya todos los partidos en el Ayuntamiento de Granada han declarado “la debilidad” como el signo de identidad más destacado del nuevo gobierno local de la capital. Estamos a un paso de la inestabilidad que ya algunos grupos han dejado entrever en nombre de una hipotética moción de censura. O quizás sea un “amagar y no dar”.

Salvador ya conoce bien como puede transmutarse para alcanzar o mantener el poder.

Ha pronunciado Salvador para solventar la crisis su frase favorita: “Yo estoy en la política de las cosas , no en las cosas de la política”. Demasiado bonita para ser verdad, más allá de un eslogan electoral.

Llegó a la Alcaldía precisamente por las cosas de la  política. Todo ha parecido indicar, tras la investidura de Salvador, que su compañero de partido Fran Hervías pacto con Teo García Egea en Madrid el cambio de la Alcaldía de Granada por la Comunidad de Madrid, o el Ayuntamiento de Málaga, o algún otro…. “Las cosas de la política” y su mercadeo le han llevado a la Alcaldía a Salvador.

Ahora Sebastián Pérez, cómo los zombis en la serie de Stranger Things se ha tirado por las escaleras de ese nuevo centro comercial en el que se ha convertido el Ayuntamiento de Granada. Todo el movimiento en busca de un nuevo destino político que lo lleve a un sillón de las Cortes si le suena la flauta de la repetición electoral del 10 de Noviembre. Paradojas de la vida. Ni los esforzados periodistas locales ha logrado escrutar las voluntades que el guión que la serie más popular de Neflitx nos ha traído a la ciudad de la Alhambra. Sebastián echa el órdago a modo de “patera política” para sobrevivir a cuenta de esa operación matemática tan traída y llevada, sin saber que 2+2 nunca son 4 en política. O sabiéndolo. Los números naturales no funcionan con la misma lógica en las cosas de la política. La política como saben bien los matemáticos son cuerpos finitos, con una teoría de códigos bien distinta sobre todo en el mundo del tiempo y de las semanas o de los años.

Mientras, en la política de las cosas, las asignaturas pendientes de Granada se multiplican más allá del 2031. Y menos mal que cuentan ambos líderes con dos primeros espadas, Cesar Díaz y Manuel Olivares, que conocen bien el Ayuntamiento y están a “pico y pala” sacando los asuntos cotidianos.  Aquí los dos candidatos al 2+2 tratan de lavar “los trapos sucios en casa”. Menuda teoría para gestionar los asuntos públicos. Ya se desparraman ríos de tinta hablando del cuerpo de la mugre que ensucia los trapos: será el intercambio de cromos de distintas Alcaldías, será el “por un quítame estas pajas..”, será por los casos de corrupción que hay pendientes en el Ayuntamiento…. Veremos que pasa tras las sentencias de los casos de corrupción pendientes. Cuatro es un número que por si mismo sirve para crear la figura de un cuadrado con cuatro lados, y no de un circulo o ni siquiera de un triangulo.  No es el numero que da la mayoría absoluta en Granada, no es siquiera el número que da para acabar la legislatura siendo alcalde por sumar 2+2, no es ni más ni menos que un número que no da para tener unas cuentas saneadas, para forzar el apoyo a las infraestructuras que deben financiar otras administraciones, no da para ser una palanca de transformación con recursos de otras administraciones para la cultura, para la el desarrollo como ciudad del conocimiento y de las startups, no da para mantener la seguridad, o para acabar con la mala calidad del aire… El 4 no da, en resumen, para “la política de las cosas”. Da sólo para “las cosas de la política”. Y por mucho que quiera cerrar este debate abierto ahora, ser Alcalde implica aprender a gobernar desde la Sala de la Mariana no sólo para presidir la procesión del Corpus o para recibir al Granada CF, o para tener un retrato en los pasillos de la Alcaldía, implica tomar decisiones por mayorías que de alguna forma las matemáticas las hacen posibles. Y a sabiendas que 2+2 nunca debes dar por sentado que son 4.

 

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