Lo suyo es puro teatro

Con COVID y sin COVID, con mascarilla y sin mascarilla, con genuflexión del vicepresidente y sin genuflexión del vicepresidente, por tercer año consecutivo el sainete presupuestario andaluz concluye con el final previsto, que al igual que en años anteriores, pasa por la entrega del gobierno de Moreno Bonilla a las exigencias de Vox, después, eso sí, del ya manido teatrillo del enfado de la ultraderecha; primero amenaza, luego cuasi ruptura y al final, aquí tienen «vuesas mercedes» mis votos para lo que sea menester, eso sí, una vez acepten mi hoja de ruta, que dicho sea de paso, coloca al Gobierno de Andalucía en los pastos de la ultraderecha, donde parece no se encuentra demasiado incómodo.

El acuerdo con Vox contiene 65 medidas y entre otras «joyitas» supone liquidar la Fundación Audiovisual de Andalucía, eliminar uno de los tres canales de la radio televisión andaluza, recortar en 14 millones de euros el presupuesto del ente público, o la potenciación de la emisión de contenidos dirigidos a la Iberosfera, invento este bautizado por los ultras en la reciente moción de censura y tras el que se esconde un club trumpista con lo mejor de cada casa en iberoamérica. Este ataque frontal a la RTVA supone, según sus trabajadores, «poner en el disparadero la continuidad del modelo de Canal Sur Radio y Televisión como servicio público de gestión directa, recordando peligrosamente la historia reciente de otras televisiones autonómicas, como los EREs en Telemadrid o el cierre de Canal Nou».

Muy preocupantes también las concesiones en materia de igualdad, uno de los caballos de batalla de Vox, donde el Gobierno se compromete a auditar los, según Vox, «inútiles» informes de impacto de género que se incorporan a cualquier proyecto y «constituyen un gasto político ineficiente». Con semejante redacción y el talibanismo machirulista de Vox, sacar adelante cualquier proyecto en este terreno, se va a convertir en una auténtica pesadilla, salvo que lo presente la Sección Femenina y de las JONS.

PP y Ciudadanos se han comprometido a recortar en tres millones de euros las ya magras cuentas de cooperación internacional de la Junta, incluyendo en las mismas ayudas a la ganadería del toro bravo y para el fomento de las escuelas taurinas, o un plan para dar a conocer y promocionar la caza. Algo así como el «café, copa y puro» carpetovetónico de la Andalucía cortijera, de señoritos, caballistas, toreros y monterías

Para imaginar hasta que punto han llegado las concesiones del Gobierno, basta echar un vistazo a la valoración que ha hecho Vox de la negociación y que se resume en un explícito, «Primero lo nuestro», que viene a ser una burda y casposa copia con acento andaluz del «América first» de Donald Trump.

Pero con ser preocupante todo lo anterior, que lo es y mucho, lo más grave ha sido aceptar una comisión bilateral para gestionar los fondos europeos, en la que los de Abascal tendrán un peso más que notable. Peligrosa exigencia viniendo de un partido de ultraderecha, que hace solo cuatro semanas renegaba de Europa en la moción de censura y al que ahora Moreno Bonilla, sienta a la mesa del reparto de los fondos para la recuperación, en la que sin duda, intentarán imponer criterios incompatibles con cualquier democracia decente.

Y mientras Vox se pavonea de sus «logros» presupuestarios, miles de andaluces siguen sin saber cuándo abrirán los centros de salud, acabarán las colas para pedir una cita médica, o terminará el colapso de las urgencias, o cuando dispondrán de pruebas diagnósticas de forma rápida y eficaz; por no hablar de garantizar que los autónomos, los hosteleros o los comerciantes andaluces puedan continuar con su actividad y no morir por inanición.

Aunque Moreno Bonilla y Juan Marín se las prometan muy felices, ya que merced al vergonzante apoyo de Vox, garantizan acabar la legislatura, convendría recordarles el vaticinio del ex primer ministro francés y concejal de Barcelona pel Canvi en la capital catalana Manuel Valls, quien aseguró que «no se podía pactar» con Vox «sin perder el alma, porque la ultraderecha lo contaminará todo» y es que es en Vox donde están quienes abogan peligrosamente por desmontar el sistema autonómico, por achicar el Estado de bienestar y por atacar el grueso de las políticas que combaten la violencia de género, por lo que PP y Ciudadanos están haciendo es colocar al lobo al cuidado de las ovejas.

Los andaluces no merecían este teatro. Su gobierno ha elegido pactar con la ultraderecha, que es lo contrario a la igualdad, la justicia social y la solidaridad.

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