Los Ángeles de Plastico

Balbina González es una vecina ilustre de Las Gabias. Muy conocida y querida en el municipio, su presencia es habitual en todos los actos públicos organizados por el Ayuntamiento. Como participante y como promotora de muchos de ellos. Tiene fama de ser buena cocinera. Sus recetas tradicionales las comparte en el redes sociales siendo seguidas y celebradas por un buen número de personas. Balbina es joven, tiene solo 72 años. Su interés por la vida, por compartir experiencias, aprender y mantenerse activa incluso le llevó a inscribirse, junto a un centenar de personas, la mayoría jóvenes, en un curso práctico de radio. No lo pudo terminar. 

Como muchos vecinos del municipio, Balbina, su marido y sus hijos contrajeron la Covid hace unos meses, al inicio de la segunda ola. Fue ingresada junto a su marido, Pepe Luján, de 80 años, en el hospital Clínico. Todos han superado bien la enfermedad. Hoy Balbina, muy agradecida hacia el personal sanitario, quiere hacer público su reconocimiento en forma de carta. Este es su relato:

Balbina González y su marido, Pepe Luján, en la Plaza del Carmen de Granada las navidades pasadas

«Quiero romper una lanza en honor del equipo que forman el personal de limpieza, auxiliares, enfermería, y medic@s de la cuarta planta del PTS, donde mi marido y yo hemos estado ingresados 8 días por el covid 19.

Después de estar 15 días con fiebre muy alta en casa y llamar al consultorio y venir a vernos a la casa, como no veíamos mejoría, mi hijo llamó a una ambulancia que nos llevó a urgencias del PTS. Nos atendieron cuando pudieron. Fue el día 11 de noviembre, estaba todo lleno de gente; en esas fechas estaba la curva en Granada en lo más alto. Cuando nos atendieron, nos hicieron de todo, a mi marido y a mí: analíticas de sangre y orina, placas en el pecho, de todo… entonces se acercó un médico  y me dijo: la voy a subir a planta… yo lo miré y solo vi unos ojos detrás de unas gafas de plástico, dos mascarillas una careta protectora, un gorro, bata, patucos, todo de plástico…

Y yo, a pesar de estar tan mal, pensé que para entrar en el cielo no era preciso morir porque me habló con tanta amabilidad que parecía un ángel pero no era un ángel como los que estamos acostumbrados a ver con alas y plumas, eran ángeles vestidos de plástico.

Cuando me subieron a la cuarta planta, me llamaron mis hijos para saber dónde estábamos; yo les dije que estaba en la cuanta planta pero que de su padre no sabía nada y estaba preocupada. Uno de mis hijos, no sé donde, buscó un número de teléfono, en facebook, y preguntó que dónde estaba su padre, le dijeron que estaba en la segunda planta y pidió que nos pusieran juntos, que éramos mayores y juntos estaríamos mejor.. Al otro día estábamos juntos, por cierto, antes que nos pusieran en la misma sala a mi marido y a mí, estuve la tarde noche con una señora que cumplió 72 años. La doctora le llevó un detalle, una maceta de flores de varios colores y hubo un par de ángeles de plástico como yo les llamo, que le compraron revistas del corazón que le gustaban a la señora y ya no fue tan triste el cumpleaños porque a los enfermos de covid 19 no nos puede visitar nadie; estés los días que estés, estás sol@. Si no fuera por el personal del hospital que se hace como de tu familia, sería muy triste. Había ángeles de plástico por todas partes, unas haciendo limpieza, auxiliares haciendo su trabajo, enfermeras sacando sangre, poniendo vías para suero y lo que hiciera falta, electros… Los celadores llevándonos a un tac; la comida…Era un trabajo tan organizado, que ya me convencí que eran ángeles vestidos de plástico, que estaban haciendo un trabajo encomiable.

Sé, que algunos dirán que es su trabajo, pero no es lo mismo ir al trabajo por la mañana a una empresa donde puede haber algún contagio o dos; pero ell@s desde que se están preparando para ir al trabajo, saben dónde van, adonde está el peligro, porque en las plantas habilitadas para el covid, tod@s estamos contagiados. Tienen una valentía y un deber a raudales, y yo les decía los ÁNGELES DE PLÁSTICO. Cuando nos dieron el alta y nos despidieron, en el pasillo les dije llorando que si podía y me lo admitían, mandaría a algún periódico de Granada un pequeño artículo hablando de los ángeles de plástico que hay en la planta del covid, Dios os bendiga a tod@s porque todas y todos sois Ángeles.

Gracias por todo. Balbina González,

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