Mutatis mutandis

Mutatis mutandis

  • Crónica del concierto de Niños Mutantes el 08.04.22 en el Teatro Caja Granada

Son muchos, muchísimos ya los conciertos a los que hemos asistido juntos María, mi compañera, y yo. Cuando se apagan las luces, es ya un ritual, nos miramos con expectación, sabedores de que por unas horas el mundo va a detenerse y la música será lo único que exista a nuestro alrededor. No sé si os pasa también; cuando conectas con la banda no hay nada más. Los problemas, el trabajo, las obligaciones, quedan relegadas a algún lugar remoto del subconsciente y guardadas bajo llave.

Sin embargo, y aunque haya dejado de estar de moda, la pandemia consiguió colarse la noche del viernes justo al principio. Un poquito nada más, pero no pudimos evitarlo. En estos dos años desde que se decretara el confinamiento, hemos podido asistir, afortunadamente, a algunos conciertos. Entre ellos, con el que, justo en este mismo lugar, los Niños Mutantes estrenaban sus ‘Ventanas’ el 17 de octubre de 2020. En aquella ocasión (os remito a quienes tengáis curiosidad a la crónica que escribí para este mismo medio: https://www.lavozdegranada.info/ninos-mutantes-de-par-en-par/-) los asistentes estábamos sentados de a dos, mientras unos amables camareros nos servían las cervezas que solicitábamos por medio de una aplicación en el móvil. Fue aquel un concierto raro, de los primeros post-COVID, y no nos hacíamos el cuerpo a tener que observar todas aquellas medidas de seguridad.

Por eso, cuando se hizo la oscuridad y comenzaron a sonar los primeros acordes de ‘Palabras para Julio’, fue como si se produjera una de esas elipsis que te dejan sentado en la butaca del cine, o que te hacen estremecerte si aparecen en un poema. Como si aquello no hubiera debido de suceder así y tuviéramos una segunda oportunidad.

Y vaya si la tuvimos. Para empezar, se notaban las ganas: las de los músicos y las del público. Así, hicieron de un tirón las primeras seis canciones de un repertorio que, con ‘Ventanas’ como eje vertebrador, supondría un recorrido por la historia del grupo. A ‘Palabras para Julio’ siguieron ‘Náufragos’, ‘Menú del día’, ‘NM’, ‘Una noche’ y ‘Oxígeno’, tras la cual Juan Alberto dirigió las primeras palabras al respetable. En esta primera ocasión aprovechó para presentar ‘No has venido a sufrir’, el primer corte del que será su próximo trabajo y que verá la luz previsiblemente a finales de año. Una canción que pretende ser “un abrazo para los que esta situación ha hecho que tengamos la cabeza da’ la vuelta”.

En una segunda tacada sonarían ‘El examen’ –un tema de ‘Ventanas’ que, por cierto, no tocaron en el estreno del LP- ‘Un tiro en el pie’, ‘Todo tiene un precio’, ‘Hermana mía’ y ‘Te favorece tanto estar callada’, esta vez sin dedicatorias —risas—, y a continuación ‘La ausente’, una canción inspirada en ‘Thepartisan’, de Leonard Cohen, con la que la banda quiso hacer un guiño a Ucrania. Juan Alberto aprovechó para recordar que el 28 de abril volverían a subirse a un escenario en Granada, en esta ocasión junto a un buen número de los músicos más representativos de la ciudad como 091, Lagartija Nick, Eskorzo, Miguel Ríos, Soleá Morente o LoriMeyers, entre otros, en el concierto ‘Granada por Ucrania’ que organiza el consistorio municipal a favor de Cruz Roja (y cuyo enlace os dejo, por si queréis colaborar: https://www.redentradas.com/?entradas=granada-con-ucrania&provincia=granada&cpro=18&eid=2174).

Vendrían después ‘Sin pensar’, ‘Pura vida’ y la canción que no puede faltar en ninguno de sus conciertos, puesto que es ya seña de identidad: ‘Errante’, tras la que cerrarían el concierto antes de los bises.

Estos comenzaron con ‘Globo’ (del álbum publicado en 1998 ‘Mano, parque, paseo’), un homenaje, en palabras del cantante “a los que son mutantes desde el principio”, sin menoscabo de los miles de seguidores que se han ido sumando a lo largo de los años durante sus casi tres décadas de trayectoria. Luego, ‘Las noches de insomnio’ y el último homenaje de la noche, esta vez al gran compositor español Manuel Alejandro, pues sonaría la personalísima versión que el grupo hace de ‘Como yo te amo’, para finalmente cerrar con ‘Todo va a cambiar’, otro himno que trasciende a los Mutantes, ya que sin duda es la que el público corea con más fe y convicción por razones obvias.

Permítanme que, con calzador –a pesar de que lo he elegido por su acepción menos utilizada, ‘haciendo los ajustes necesarios’- realice un pequeño juego de palabras con el nombre de nuestros protagonistas y el latinajo con el que titulo esta crónica y ahora la cierro. Durante casi dos horas pudimos constatar que tienen un sonido propio, único, personal. Son ellos, pero mejores. Cada vez mejores. Concierto tras concierto van modificando sólo aquello que les hace sonar mejor, ser más ellos. Y les aseguro que lo han conseguido. Sus canciones han madurado con el tiempo y el directo del grupo ha ganado en consistencia y verdad. Mención especial merece la incorporación de Toni Jiménez, quien aporta a la vez un toque de frescura y cuya participación propicia parte de esos ajustes que menciono, ayudando a que el sonido mutante sea más rico en detalles y en matices.
Así da gusto verlos mutar.

Fotos: Javier Martín Ruiz

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