Plaza del Carmen o el camarote de los hermanos Marx

La famosísima escena del camarote en “Una noche en la ópera” es el ejemplo perfecto de desmadre total en un espacio reducido: en una conejera que no supera los dos metros cuadrados –y en la que ya están amontonados los hermanos Marx y su voluminoso equipaje– comienzan a aparecer un fontanero con enorme llave inglesa; unas camareras que pretenden poner en orden el cubículo; una manicura a la que, como es natural, Groucho intenta seducir y los camareros con enormes bandejas. Aparentemente, allí cada cual está haciendo algo: fontanería, manicura, servir comida, limpiar, dormir. Pero, en realidad, nadie hace nada más que incordiar a los demás.

Sirva esta introducción, como ejemplo perfecto del día a día del Ayuntamiento de Granada, tres meses después de iniciado un mandato que va a pasar a la historia de la ciudad, como el de la vergüenza nacional.

El alcalde Luis Salvador, garantizaba este martes que el equipo de gobierno integrado por su formación y el PP está «absolutamente cohesionado» y goza de «un estado de salud impecable», lo que nos debe llevar a la conclusión, que la primera autoridad granadina, no fue a clase el día que se explicaba el significado de la palabra “cohesión” y se perdió el capítulo de Barrio Sésamo, en el que Espinete nos explicaba en qué consiste un buen estado de salud.

A la espera hoy de la tan esperada rueda de prensa conjunta del alcalde y sus socios de Gobierno, para valorar los primeros cien días de Gobierno municipal y que fue desconvocada a la carrera el pasado lunes, sin que aún nadie haya dado explicaciones que no insulten la inteligencia de una almeja, la sensación que traslada Luis Salvador, es la de vivir en Matrix, o lo que es lo mismo, abstraído de la realidad aferrándose a quimeras o fantasías, preso de una realidad paralela que nada tiene que ver con la del día a día del Zaidín, la Chana o Almanjáyar.

En ese “delirium tremens granatensis”, del que parece preso Luis Salvador, nuestro alcalde nos contará esta mañana que vive rodeado “de un equipo de gobierno absolutamente cohesionado y unido, con once concejales desarrollando una alta gestión y desarrollando mucho contenido, además de un gran proyecto que se está construyendo para la ciudad”. No contento con éso, nos dirá también que la relación de los socios de gobierno es de absoluta normalidad y de implicación. No le hagan mucho caso. La de Luis Salvador es una visión de pura Narnia, en la que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Mientras tanto Vox, sigue con su particular forma de entender la vida pública, que no es otra que la amenazar con una moción de censura los lunes, miércoles y viernes, mientras que los martes, jueves y sábado, está dispuesto a tragar con lo que haga falta. Si Luis Salvador vive en Narnia, Onofre Miralles lo hace en Matrix, “un mundo generado ante tus ojos para mantenerte bajo control y convertirte en una fuente de energía”, como reza una de las escenas de la película. Lo de esta semana ha sido pedir disculpas por haber apoyado al actual gobierno local y no descartar dar soporte a una hipotética moción de censura de PSOE y Podemos-IU. “¡Más madera, es la güera!” que diría Groucho.

Y en un lugar escondido, Sebastián Pérez, lame sus heridas, básicamente las provocadas por el fuego amigo de su partido en Sevilla y Madrid, llorando por las esquinas porque ninguno de sus primos de Zumosol, hagan valer, aquel supuesto apretón de manos, por el que sería alcalde de Granada por dos años y que lleva camino de ser más famoso que “el abrazo de Vergara”.

Con este “totum revolutum” a Paco Cuenca y Antonio Cambril, no les queda mucho más margen, que el de la vergüenza ajena de formar parte de una corporación municipal que va a pasar a la historia de esta ciudad, como una de las más lamentables del municipalismo democrático.

La diabólica espiral que ha sido capaz de tejer a su alrededor Luis Salvador, casi le garantiza la alcaldía hasta agotar el mandato, ya que el PP no parece muy por la labor, de hacer alcalde al que fuera su candidato y sigue siendo su presidente provincial, para quien ya tienen relevo, tal y como pregonan a los cuatro vientos. Y porque lo de que Paco Cuenca se plantee en serio, acceder a la alcaldía vía moción de censura, con el apoyo de Vox, sería propio de “Blade runner” y podríamos decir aquello de: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. A Paco Cuenca ser Alcalde de Granada con los votos de Vox. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.”

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