SOS, esto es una emergencia climática.

El 22 de abril, Día Internacional de la Madre Tierra en defensa del medio ambiente, es un día para reflexionar y tomar conciencia de que la Tierra es nuestro hogar, pero no nos pertenece, y que para proteger la vida y salvar el planeta, hemos de conseguir entre todos un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes pero también de las generaciones futuras.

El cambio climático es sin duda el gran reto al que se enfrenta la humanidad, y es bueno que a los líderes políticos, especialmente a los menos sensibilizados, les llegue el mensaje de que es urgente actuar ya si de verdad queremos que nuestro planeta siga adelante.

La ciudadanía está reaccionando, sobre todo los jóvenes, que en muy poco tiempo han convertido en un movimiento global la movilización de estudiantes impulsada por la adolescente sueca Greta Thunberg y a la que se siguen sumando ciudadanos preocupados por la inacción de los gobiernos frente a esta emergencia climática y sus graves consecuencias.

Lo cierto es que somos cada vez más los que creemos que la lucha contra el cambio climático debe ser una tarea compartida. Por supuesto que necesitamos políticos con voluntad firme para tomar decisiones audaces y urgentes, de otro modo, las consecuencias sobre el medio ambiente y la salud humana serán irreversibles. Pero también la ciudadanía debe poner su granito de arena, porque muchos pequeños cambios en nuestros hábitos o a nivel local, pueden conseguir grandes cambios a nivel global.

Desde lo local, hay en la provincia de Granada diversos colectivos y asociaciones actuando en ese sentido. La plataforma Salvemos La Vega-VegaEduca, en la que participo, es una de ellas. Su manera de arrimar el hombro y poner su granito de arena es el compromiso con la protección y dinamización de la Vega de Granada, la concienciación acerca de su importancia, la difusión de las actividades encaminadas a su recuperación y, a través de la Federación Estatal Intervegas, el compromiso con todas las vegas de España.

El pasado 22 de abril, Salvemos la Vega-VegaEduca, celebró el Día de la Tierra en la explana del Centro Cultural de la Fundación CajaGranada. Una explanada que tiene una carga simbólica muy importante para la plataforma, porque desde hace años se ha convertido en el lugar en el que cobran vida muchas de las actividades y propuestas de acción que viene desarrollando y que, a partir de ahora, será también el lugar en el que se ubica un monumento que simboliza la Vega de Granada, su km 0 sobre la imagen de un secadero que guarda en su interior un poema de nuestro gran poeta Federico García Lorca, hijo y amante de la Vega granadina.

Un punto de encuentro entre la Vega y Granada, demasiado tiempo separadas por heridas de hormigón y asfalto. Un tótem que parece querer gritar “no cederé ni un palmo de tierra más”.  Es un espacio que desde el 22 de abril pertenece a Granada, a todos los pueblos de la Vega y a sus gentes, para que la explanada cobre vida los 365 días del año, y nos invite a descubrir nuestra Vega, la riqueza de sus suelos y la abundancia de su agua, los restos de acequias romanas y árabes, de antiguas fábricas de harina, azúcar y alcohol, de secaderos de tabaco abandonados, la belleza de sus pueblos y la riqueza de su cultura y su gastronomía.

Aquel día de celebración instamos a las instituciones que en 2015 apoyaron el Pacto por la Vega, a luchar juntos contra el cambio climático, mejorando el aire que respiramos y la calidad de los alimentos que consumimos.Y eso pasa por proteger y dinamizar el suelo fértil de nuestra Vega, generando riqueza y empleo, para garantizar que se puede vivir de la Vega y en la Vega.

Instamos ahora a los partidos políticos que se presentan a las elecciones municipales y europeas a que el cambio climático no sea el gran ausente de sus programas electorales; a quienes finalmente nos representen en el Parlamento Europeo, la Diputación o los Ayuntamientos, a que sea la prioridad de su acción política; y a los medios de comunicación a que lo visibilicen.

Entre todos tenemos que hacer lo posible para que la tierra ame también a nuestras manos, parafraseando a Joaquín Araujo, que un 22 de abril dijo: La tierra ama nuestras pisadas y teme a nuestras manos.

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