Todos a fichar

En las últimas horas el mensaje de los líderes de las distintas fuerzas políticas, afanados por alcanzar el sillón con el respaldo más alto del consistorio o la silla azul de alguna de la tres sedes del Parlamento Europeo, solo se ve interrumpido por las desafiantes declaraciones de la Ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en relación a la entrada en vigor del registro de jornada y la más que previsible actuación de la Inspección de Trabajo.

Habla la Sra. Valerio de los dos meses que han tenido las empresas para alinearse con las nuevas tecnologías para evitar el acta, que más tarde derivará en una liquidación, que podrá alcanzar los 6.250 euros y aunque de momento se mostrará tolerante, sentencia que un Decreto Ley  se aprueba para ser cumplido.

No obstante, la dificultad e incluso lo disparatado y absurdo que puede ser la aplicación de la medida en algunos sectores, entre otros, el agrario, va camino de convertirse en otra pesadilla para los hombres y mujeres del campo.

Tal vez el desconocimiento o el exacerbado criterio recaudador, haya impedido ver la realidad del campo andaluz a los legisladores de la medida.El convenio de aplicación a la totalidad de las empresas agrarias, ganaderas y forestales, en todo el territorio de la provincia de Granada, fija una jornada laboral de 6 horas para los trabajadores eventuales y una retribución diaria de 43 euros. Pues bien, en el día a día ni la jornada supera las 6 horas, incluida la merecida pausa para ingerir el refrigerio de la mañana, «también llamado bocadillo», ni el salario que se percibe está por debajo de los 50 euros. La escasez de mano de obra ha originado que el convenio constituya una mera publicación de un acuerdo en BOJA, para restablecer condiciones de trabajo y salarios, fruto de la negociación entre trabajadores y empresas,  el cual se incumple todos los días del año por que el precio salario y la duración de la jornada de trabajo la impone, unilateralmente, el trabajador. Y para que quede claro, ni el tato echa 5 minutos extras. Si a eso le unimos la dificultad de instalar en el «tajo» un dispositivo que permita gestionar las horas de entrada y salida, enchufado al punto más cercano de electricidad, con o sin reconocimiento facial, la cosa se complica.

Sra. Ministra la aplicación de la nueva ley de registro horario tiene especial dificultad para aplicarla a los agricultores y ganaderos, cosa que no me cabe  la menor duda que usted sabe, solo deseo aprovechar para recordarle que ha tenido un pequeño olvido al no excluirlos de la norma.

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