Un centenar de piezas componen la exposición dedicada a la figura y la obra del músico Francisco Alonso en la Casa de los Tiros

Un centenar de piezas componen la exposición dedicada a la figura y la obra del músico Francisco Alonso en la Casa de los Tiros

  • Antonio Granados destaca la importancia de que los granadinos conozcan a uno de sus grandes compositores y su legado

El delegado de Cultura y Patrimonio Histórico, Antonio Granados ha inaugurado la exposición ‘Francisco Alonso. El maestro y su legado granadino’ compuesta por más de un centenar de piezas como partituras, retratos, objetos personales, carteles de sus obras o el piano donde compondría muchas de ellas… que han sido donados por la familia Alonso al Centro de Documentación Musical de Andalucía y que estará abierta al público hasta el 6 de marzo.

La muestra se completa con diversos objetos como discos perforados, pianolas y otros objetos que ayudarán al público a comprender mejor la época en la que se desenvolvió la carrera musical del Maestro Alonso. Igualmente, se exponen piezas de la colección del Museo Casa de los Tiros que sirven para contextualizar la biografía del maestro Alonso.

Antonio Granados ha señalado la importancia de que las instituciones reconozcan a sus creadores más destacados para que los ciudadanos y visitantes se acerquen a su historia y a para conseguir dicho objetivo “hemos organizado tanto la exposición que se le ha dedicado a Aurelia Navarro, como la que abrimos hoy, y que nos acerca a uno de nuestros compositores más destacados”. Asimismo, ha destacado que Granada y Andalucía cuentan con una parte del legado del músico depositada en el Centro de Documentación Musical de Andalucía.

Hasta Granada se ha desplazado Carmen Alonso, hija del Maestro, que se ha mostrado agradecida a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y emocionada por el “magnífico trabajo de los comisarios Reinaldo Fernández y Emilio Escoriza”.

Según la musicóloga Celsa Alonso “Francisco Alonso es un hito en la historia del teatro lírico español. Fue un compositor de inmenso éxito, con un catálogo excepcional de obras líricas en géneros muy diversos: sainetes, zarzuelas, juguetes, revistas, operetas, humaradas, comedias musicales, himnos, cuplés y pasodobles. El apoyo del público le convirtió en un compositor de una gran popularidad, su obra contribuyo a crear una nueva cultura popular donde los elementos simbólicos nacionales eran determinantes. Supo combinar el éxito comercial con una profesionalidad sin paliativos como compositor y como artista.

Fue un músico intuitivo, de una personalidad musical definida, un hombre hecho a sí mismo, familiar, conservador, pragmático y divertido, alegre y con un innato instinto de lo comercial, ajeno por completo al esnobismo y con excepcional sentido del humor.

La música del maestro Alonso fue sometida a una poderosa movilización, convertida en símbolo nacional: se hizo popular por derecho propio, en la medida que el público se apropió de ella, cantando, bailando y compartiéndola. Fue una música de la que el público se apropiaba porque se identificaba con ella, aquella que sabía articular los resortes de la nostalgia, la emoción, el orgullo, el entusiasmo o las ganas de vivir, aquella que al público que iba al teatro le hacía sentir diferente, o sencillamente español”.

Francisco Alonso nació al seno de una familia pequeño burguesa en 1887. Estudio en el Colegio de los padres Escolapios donde inicio sus clases de música. Las músicas de su infancia fueron el piano (que tocaba con su madre), los conciertos de la Banda del Regimiento de Córdoba en el quiosco de la música del paseo de Salón, las canciones infantiles, la música de las procesiones y fiestas del Corpus, las comparsas y estudiantinas y la música de la catedral granadina.

De la mano de su madre fue un joven con un fuerte sentido del compromiso con sus conciudadanos, fuera cual fuese su adscripción social. Estaba implicado en las escuelas manjonianas, la Sociedad Filarmónica Granadina y la Banda de Obreros de El Fargue (1904), en esta responsabilidad Alonso confirma su empatía con las clases populares.

Con 17 años, fundó con sus hermanos mayores la Sociedad Filarmónica Granadina, que llegaría a tener 60 miembros y que se sustentaba principalmente con las aportaciones de los socios. Aunque más tarde recibiría también subvenciones del Ayuntamiento de Granada.

En 1911 marcha a Madrid, donde comenzó escribiendo cuplés para cafés. Pero ya en 1911-1912 estrena su primera zarzuela Armas al hombro.

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