El gobierno andaluz mercadea con RTVA

No quisiera comenzar estas humildes líneas sin mencionar al alma de la Radio Televisión Andaluza. Hablo de su plantilla, sus sindicatos y la Plataforma en Defensa de este ente público. Quisiera, como no puede ser de otra manera, dedicarles unas palabras de admiración y de agradecimiento por la enorme lucha que realizan día tras día por sacar RTVA adelante. Tarea que no es fácil teniendo en cuenta el enorme agujero donde el gobierno andaluz, junto a la caverna de la extrema derecha, pretenden llevarla.

Y es que, el “modus operandi” de la derecha con este servicio público lleva practicándose años a través de numerosos ataques cuyo único objetivo era su desprestigio con el objeto de que la sociedad andaluza contemplara RTVA como un servicio prescindible y cargado de privilegios (una visión muy alejada de la realidad). Solo así sembrarían el caldo de cultivo perfecto para llegar a su estación deseada, la privatización o, algo peor, el cierre del ente público.

Y en el lado opuesto de este pulso de desprestigio y de afán privatizador se encuentra la plantilla de la casa donde ponen en el centro de la lucha dar un servicio de calidad, sus derechos laborales, el querer trabajar con mejores medios técnicos, su dignidad… y llegan hasta donde haga falta para defenderlos, demostrando que un solo trabajador tiene más dignidad que el gobierno del PP y Cs y sus socios hooligans juntos.

Y un mes antes de finalizar el año, el ejecutivo andaluz asestó un nuevo ataque a la plantilla. Al gobierno de Moreno Bonilla no le bastaba que no se cubrieran las bajas, que la plantilla de Granada se tuviera que trasladar hasta Jaén para realizar el trabajo provincial o que trabajaran con medios obsoletos que acordaron, con la extrema derecha, un recorte de 14 millones de euros en un presupuesto ya de por sí infrafinanciado abocando a una huelga en RTVA. Huelga que fue un rotundo éxito gracias al enorme compromiso de la plantilla y la unidad sindical sin resquicios, huelga donde los partidos del gobierno y su socio, a pesar de erigirse como adalides de la libertad, atacaron argumentando que no era el momento de realizar ninguna convocatoria. No, lo que no era el momento era realizar ese hachazo de 14 millones de euros donde supondría menos personal, la tan ansiada renovación tecnológica no se podría llevar a cabo y las pequeñas productoras recibirían un golpe mortal en estos tiempos de recesión económica. Resulta cuanto menos curioso que prohíban contratar más personal y cubrir tanto las bajas como los permisos de maternidad y paternidad pero, en cambio, den luz verde para que se pueda contratar nuevos directivos.

A la ofensiva del gobierno andaluz contra RTVA basada en el desprestigio y de la dotación presupuestaria insuficiente se unió el nombramiento de Álvaro Zancajo como director de los informativos. En su día denunciamos este nombramiento, no por dudas de su profesionalidad, pero sí por las formas, ya que defendemos que en la casa existe personal con cualidades para dirigir los informativos, y porque dicho nombramiento fue una concesión a la extrema derecha para conseguir su apoyo en las diferentes iniciativas que se debatieran en sede parlamentaria.

Este nombramiento era la crónica de una muerte anunciada, era el preámbulo de problemas internos dentro de los informativos que se tradujeron en denuncias de manipulación y sesgo ideológico en la información. Con el señor Zancajo al frente de los informativos los principios de pluralidad, objetividad y veracidad se tiraron a la basura y el enfrentamiento con plantilla y trabajadores fue la tónica general. Con estos hechos tan graves como los mencionados, la protección de este servicio público contemplada en el Estatuto de Autonomía quedó en papel mojado.

Estuvo de director 11 meses. 11 meses para olvidar con denuncias por manipulación interpuestas por la plantilla, sindicatos, organismos externos y partidos políticos. Y la manipulación practicada por este señor tiene días y fechas: cuando se negó a que se emitiera el deleznable insulto del portavoz de VOX a la presidenta del Parlamento o cuando se silenció la condena de la Gürtel donde se condenaba a su partido por el Supremo por esta trama. Pero aún así PP, Cs y VOX lo defendían a capa y espada y sus consejeros en el Consejo de Administración tumbaron la petición de cese allá por el mes de abril.

Era tan bochornoso el espectáculo que, hasta el director de RTVA, Juande Mellado, reconoció la mala praxis del director.

Lo dijimos en su día, prefirieron vender RTVA a VOX, prefirieron mercadear con RTVA para mantener sus sillones demostrando que no les importa nada ni nadie salvo ustedes mismos.

Por su parte, el Consejero de Presidencia, el señor Elías Bendodo, afirma hasta la saciedad que “respeta las decisiones de ese ente autonómico en el que nunca van a meter la mano”. Y yo me pregunto, si nunca van a meter la mano, ¿por qué impusieron a la dirección el nombramiento de Álvaro Zancajo? ¿por qué imponen los nuevos nombramientos? ¿por qué imponen un plan económico terrorífico para RTVA? Las tres derechas son los trileros de la política, dicen una cosa y hacen la contraria.

Ahora nos vuelven a traer otro nombramiento y, de nuevo, vuelven a ignorar a la plantilla de RTVA. Nombran a Carmen Torres para cambiar todo, pero para que nada cambie. Además, este nombramiento se produce sin pedir el dictamen del consejo de redacción. Este dictamen aun sin ser vinculante debe hacerse según el estatuto profesional aprobado por el Consejo de Administración. A esto se une la mochila de problemas que ha ocasionado durante su estancia en la Delegación de Madrid como la denuncia del Consejo Profesional por caos y manipulación en dicha delegación ya que la plantilla de Madrid afirmó que fueron coartados en su deber de informar con objetividad además del malestar por el relevo de los informativos a Pedro Lázaro.

La solución no pasa por el nombramiento de una persona ajena a RTVA cobrando lo mismo que el presidente de la Junta de Andalucía, la solución pasa por la escucha activa de la plantilla y de los grupos de la oposición ya que no solo estamos para fiscalizar, sino que desde el minuto 1 hemos hecho propuestas para mejorar la vida de las andaluzas y de los andaluces.

Y todos saben de la predisposición tanto de la plantilla como de nosotras por arrimar el hombro y, en cambio, nos encontramos con continuos desplantes por parte de su gobierno para llegar a acuerdo. Y para muestra un botón. Se nos presentó una carta de servicio público en el que planteamos numerosas enmiendas, numerosas propuestas de mejora para enriquecer el texto y nos encontramos, no solo con el mensaje de su gobierno de que no se aceptaría ninguna, sino que iban mucho más allá llegando a un acuerdo con VOX dinamitando por completo la aprobación de la Carta de Servicio Público.

No se queden en las buenas palabras de cara a la galería, sino que queremos hechos. Queremos que los informativos de Canal Sur sean objetivos, plurales, veraces, que dejen de ser el panfleto de la derecha y sean el orgullo de toda la población andaluza y que vea en nuestro ente público un elemento de unión, de cohesión y no de crispación.

Queremos una RTVA que honre la enorme profesionalidad de su plantilla y sea noticia por sus programas y no por sus salidas de tono como las declaraciones del señor Arenzana donde hizo bandera del negacionismo de la violencia machista, o el obispo de Córdoba, en plena retransmisión de la misa en nuestra televisión pública, donde profiere amenazas cuando lo que ocurrió fue el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica cuando se retiró un monumento fascista.

La Radio Televisión Pública Andaluza está para llevar la información, la cultura, la investigación… que se produce en nuestra tierra a todos los rincones de Andalucía y no para ser altavoz de información reaccionaria. Ni el conjunto de la ciudadanía ni la plantilla de la casa se merece que sean usados para que el gobierno de Moreno Bonilla mercadee con la extrema derecha.

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