Cuenta atrás para Salvador

Que por mayo, era por mayo
Cuando hace la calor
Cuando los trigos encañan
Y están los campos en flor

Cuando canta la calandría
Y responde el ruiseñor
Cuando los enamorados
Van a servir al amor

Sino yo, triste, cuidado
Que yago en esta prisión
Que ni sé cuándo es de día
Ni cuándo las noches son

Este poema anónimo musicado y cantado por Amancio Prada podría resumir perfectamente la situación en que se encuentra el alcalde de Granada, que vive sin vivir en él, pendiente de un calendario en el que cada fecha que se tacha, camino del mes de mayo, es un día menos que le queda como inquilino en el despacho de la Mariana.

El esperpento que está protagonizando Luis Salvador, auténtico polichinela del PP y de Ciudadanos en esa mascarada en la que Teo y Hervías convirtieron a Granada tras las elecciones municipales de hace dos años, podría tener los días contados y con ella, la alcaldía de quien pasará a la historia, como el alcalde más inane que haya tenido esta ciudad, desde la restauración de la democracia municipal.

Vaya por delante que la más que posible defenestración de Salvador, no disculpa un ápice a PP y C’s, por el penoso cambalache que en junio de 2019, convirtió a esta ciudad, en vergonzosa moneda de cambio de alcaldías y diputaciones, por tierras murcianas y malagueñas.

Poca historia contemporánea han debido leer los pipiolos «negociadores» azules y naranjas, para no saber que un cambalache parecido al que ellos han perpetrado ahora, supuso la casi desaparición en Granada del entonces muy poderoso Partido Andalucista, cuando sus dirigentes «canjearon» la alcaldía de Granada por la de Sevilla, tras las municipales de 1979. A partir de entonces el andalucismo no volvió a levantar cabeza

Pero es que además de tan vergonzoso chalaneo, ni PP, ni Ciudadanos, contaron con el «factor Salvador», o lo que es lo mismo, con tener que lidiar con alguien que solo tiene como hoja de ruta, un ego que no cabe en la catedral y el más absoluto egoísmo político, como pueden dar fe en el PSOE, partido que le dio absolutamente todo y dentro de muy poco podrán atestiguar en su actual formación.

La demolición interna y externa que está sufriendo Ciudadanos, al margen de ponerle a huevo a Salvador su próximo salto al PP, ha propiciado que muy a pesar suyo, vayamos conociendo todos los extremos de una negociación vergonzosa, para dar la alcaldía de Granada, a quien solo obtuvo cuatro de los 27 concejales que la ciudadanía eligió en mayo de 2019.

El «prófugo» Hervías, ahora conseguidor del PP y hace dos años negociador de aquella infamia por Ciudadanos, admitió en la entrevista concedida a nuestros colegas de Ideal, que miembros de ambos partidos aseguraron que  Sebastián Pérez, propuso a Luis Salvador la alternancia en la alcaldía y este la habría aceptado. Algo que el que fuera todopoderoso presidente provincial del PP, siempre ha mantenido, lo que incluso le llevó a su dimisión primero y al ninguneo en el seno de su partido después.

Ciudadanos ha terminado por implosionar  en Granada y el martes, el portavoz del grupo municipal, teniente de alcalde del Ayuntamiento y no muy lejano fichaje del PP, Manuel Olivares, enfrentado desde hace tiempo al alcalde y «compañero» de partido, Luis Salvador, aseguraba que, el tan negado pacto para la alternancia en la Alcaldía con el PP a los dos años, sí que existe.

Semejantes declaraciones ha llevado al PP a pedir a Ciudadanos que se aclare con la alternancia en la Alcaldía, instando a su socio de gobierno a que «solucione los problemas en su casa, aclare las posturas y manifieste un criterio unitario», porque «Granada merece estabilidad y un gobierno estable». Si lamentable está siendo el papel de Ciudadanos en todo este sainete, peor aún es el del PP, cómplice necesario del más penoso mandato municipal de la historia democrática de Granada y consentidor de esta vergüenza.

Tras escuchar como su exsecretario de organización y su actual portavoz municipal, le dejan por mentiroso y sin que le caiga la cara de vergüenza, Salvador contestaba ayer con el «poderosísimo» argumento de que sobre este asunto «hay mucho teléfono escacharrado» … No me negarán que ante semejante explicación no han quedado convencidos.

Con ser relevante todo lo anterior, el botón nuclear sigue estando en las manos de Sebastián Pérez, el hombre que de no mediar la vergüenza ahora admitida por los protagonistas, tendría que haber sido el alcalde desde hace dos años. Él sabe que ya no lo será, pero no está dispuesto a que un oportunista de manual, siga siendo el principal beneficiario del chalaneo.

Para «comprar» su voto, el PP le ha ofrecido puestos muy apetecibles y muy bien remunerados que él ha rechazado. Por dignidad, Sebas no va a permitir que Salvador siga siendo alcalde de Granada más allá de mayo. De su voto depende. Romperá su silencio en un par de semanas, para exigir lo que cerró con un apretón de manos el 15 de junio de hace dos años.

Su partido puede mantener la alcaldía, siempre que, quien empuñe el bastón de mando, no sea Luis Salvador. Pero que nadie se equivoque, si el PP no mueve ficha, Sebastián Pérez, no dudará hacer alcalde con su voto a Paco Cuenca, que al fin y a la postre fue quien ganó aquellas elecciones.

Ante semejante panorama, lo mismo el teléfono «escacharrado» empieza ya a ser el de Luis Salvador … Tic, tac, tic, tac.

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