Aproximación al nombre de Granada

Granada, desde el siglo tercero antes de nuestra era, o posiblemente antes, constituía un ‘oppidum’, es decir, una célula básica de organización urbana que se daba tanto en Hispania como en la Galia, en Britania y en el norte de África, que viene a ser un núcleo de población fortificado situado en altura, o sea, una habitación con vistas.

Los íberos lo llamaron ‘Ilíberri’ hasta la conquista de los romanos, entre los años 208 y 206 antes de Cristo, quienes, conservando su nombre, le añaden el calificativo de ‘Florentia’, o sea, ‘florida’, quedando como resultado ‘Ilíberri Florentia’.

Plinio, en sus escritos geográficos, llama a la ciudad ‘Ilíberri’; y también Claudio Eliano y Luciano de Samósata; mientras que Ptolomeo la denomina ‘Illíberis’, en plural.

‘Ili’, en íbero, significa ‘ciudad’, como llevan muchos otros nombres (Ilipa, Iliturgi, Singili o Sacili); ‘Berri’ proviene del vasco, del copto o del hebreo, con el significado de ‘nuevo’; lo que da como resultado ‘ciudad nueva’. (En la Provenza francesa hubo un núcleo ciudadano con el nombre mismo de ‘Ilíberis’.)

En el año 45 antes de nuestra era, Julio César, para «premiar su fidelidad» le concede a la ciudad estatuto jurídico de municipio latino, llamándola ‘Municipium Florentinum Iliberritanum’, pero con los visigodos, retomó la primera denominación de ‘Ilíberri’ o ‘Ilíberis’, hasta que, al trasladarse la capitalidad tras la conquista musulmana, fue llamada ‘Garnata al-yahud’, ‘la villa de los judíos’ (los hebreos llamaban a su barrio ‘Granata’, que corresponde con la zona de la Antequeruela —judíos de Antequera—, el conocido barrio del Realejo), suplantando definitivamente la nominación íbera. De ahí derivó el actual nombre de Granada, ‘la granate’, ‘la de color grana’.

Una última teoría encuentro. En un manuscrito de la Biblioteca Colombina de 1888, de Francisco Henríquez de Jorquera, publicado por la Facultad de Letras de la Universidad de Granada en 1934, intitulado ‘Anales de Granada’, se dice sobre la «Derivación del nombre de Granada» que: «Plantificado en España Tubal [nieto de Noé que desembarcó en Almería] con sus hijos y familias, fundó á la ciudad de Granada, dandole leyes en prosa y versos, musica y astronomia y repartimiento de los dias, meses y años y tuvieron principio en esta las Ciencias y Leyes y Artes (ochocientos años antes que en Grecia). Continuó su abitación hasta que su abuelo Noé fué con su hija llamada Grana, por lo hermosa, de quien se dixo y nombró así esta ciudad, hasta que la variedad de los tiempos hizo que los jentiles la nominasen Iliberia».

O puede ser todo de otra forma. Eruditos hay, filólogos y tratadistas que contradigan o afinen más. Yo como Moterroso diré que el ensayo no pretende demostrar nada.

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