Cájar planta 3.500 bellotas para reforestar una zona quemada por el fuego

Cájar planta 3.500 bellotas para reforestar una zona quemada por el fuego

  • La actividad ha estado organizada por la Asociación Operación Encina en la que ha participado el Ayuntamiento de Cájar supondrá la reforestación de una zona que quedó devastada en junio de este año a consecuencia de varios incendios

A pesar de que durante todo el día hubo amenaza de lluvia y de que era jornada electoral, se congregaron en la zona más de una treintena de personas que plantaron alrededor de 3500 bellotas. Esta iniciativa que ya se ha realizado con anterioridad en otros municipios vecinos como Monachil o Huétor Vega supondrá una revitalización de la flora y fauna del lugar y del suelo.

La plantada masiva de bellotas ha estado organizado por la Asociación Operación Encina de la mano de su fundador Pepe Víbora y Beatriz Sánchez que, desde hace unos años se han propuesto devolver el esplendor del bosque mediterráneo a determinadas zonas de la provincia de Granada que han sido pasto de las llamas o que necesitan de la ayuda humana para recuperar ese verde característico.

Según Beatriz Sánchez, una de las responsables del proyecto: “La repoblación con encinas es fundamental para el desarrollo del bosque mediterráneo. Se trata de un árbol vigoroso, con potencia y robustez, que no necesita excesivos recursos hídricos para su supervivencia, que puede llegar a resquebrajar con sus raíces las piedras del terreno, con una vida superior a los 2000 años y cuyo fruto (las bellotas) sirven de alimento para animales e incluso para las personas; ya que, no olvidemos, el ser humano se estuvo alimentando de este fruto desde la época de los Tartessos”. La bellota, además, es uno de los símbolos más repetidos en el canecillo del Patio de los Leones de la Alhambra y, el crecimiento de encinas incide directamente en las propiedades del suelo convirtiendo terrenos desérticos en ricos suelos fértiles e incrementando la proliferación de hongos, setas y materia orgánica.

Sostiene Beatriz Sánchez que: “Donde hay encinas no suele haber problemas de incendios ya que, si se queman, debido al alto poder regenerador que tienen sus raíces, las plantas afectadas suelen rebrotar en muy corto espacio de tiempo. Además, hemos comprobado, cómo después de dos años el árbol empieza a dar bellotas y éstas sirven como alimento a muchas especies de pájaros, que no se veían en los últimos tiempos y que ahora se están empezando a volver a avistar”.

Para Mónica Castillo y Manuel Vílchez, alcaldesa de Cájar y concejal de medio ambiente del consistorio caxareño, respectivamente: “La iniciativa que se desarrolló en el día de ayer en el municipio es muy interesante para nosotros desde el punto de vista medio ambiental ya que supone dar vida a una zona que había sido muy castigada meses atrás, a consecuencia de los incendios”.

El siguiente paso que se pretende dar es aunar esfuerzos con el Colegio Público San Francisco y seguir colaborando con el Ayuntamiento de Cájar para trasladar este trabajo a los escolares de la localidad, cuestión para la que la alcaldesa del municipio Mónica Castillo, ya ha mostrado su total disposición y ayuda en todo aquello que se pueda necesitar.

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