El Parque de las Ciencias recibirá 150.000 visitantes durante el verano

El Parque de las Ciencias recibirá 150.000 visitantes durante el verano

  • Durante el verano, ocho de cada diez visitantes del museo, el más visitado de Andalucía, proceden de fuera de la ciudad

Granada alberga un espacio donde el entretenimiento y el conocimiento se dan la mano, una de esas ubicaciones mágicas, rodeadas de una atmósfera diferente, que atrae tanto a locales como forasteros. Se trata del Parque de las Ciencias, un museo cautivador por su política basada en la interacción del visitante, que enseña, pero divierte, demostrando que el aprendizaje también puede ser una actividad lúdica.

Fiel a esta idea, el Parque de las Ciencias de Granada se ha convertido en el museo más visitado de Andalucía, superando los diez millones de visitantes desde su inauguración en mayo de 1995, unas cifras que crecerán en gran medida gracias a la gran afluencia que se espera este verano. En concreto, desde el mes de julio hasta finales de septiembre, las previsiones del museo son las de recibir a 150.000 visitantes, de los que el 42% serán de fuera de la comunidad autónoma.

Durante el estío, con el aumento del turismo en la ciudad, el espacio se convierte en un reclamo más tanto para el público nacional como para el internacional. Tanto es así que, durante estos meses, ocho de cada diez visitantes (el 80%) proceden de fuera de Granada, un aumento significativo en este apartado con respecto al resto del año.

Debido a lo rico y variado de su oferta, ligado a que está adaptada para todos los públicos, el Parque de las Ciencias es a día de hoy un referente de la ciudad, así como del sector del ocio cultural. La experiencia de los usuarios que lo visitan poco puede mejorar, o al menos así lo reflejan portales de opiniones como Tripadvisor, que ha vuelto a otorgar al museo su certificado de excelencia al tener una valoración de 4,5 sobre 5.

Una oferta para todos

El rol del Parque de las Ciencias como motor turístico es comprensible atendiendo a las exposiciones y talleres que ofrece. Debido a su número, cuesta incluso visitarlos todos en una jornada, aunque es posible. Tanto en el interior como en el exterior del recinto, se suceden actividades que vale la pena visitar al menos una vez, incluso para aquellos que residan en la ciudad.

Para los amantes de los animales, la decisión está clara. El BioDomo es una de las mejores bazas del museo, abriendo una ventana a la biodiversidad y mostrando más de 200 especies de todo el mundo en su tercer aniversario. Dado que la intención es la de reflejar los hábitats más ricos y a la vez amenazados del planeta, el espacio tiene además la vital función de ayudar a conservar las especies que en él habitan, algo que ha cristalizado con el nacimiento de una cría de perezoso este mismo año.

Si, por otra parte, se es un entusiasta de la música, la exposición temporal ‘Play. Ciencia y música’ está llamada a hacer las delicias de todo melómano. Con un repaso inicial sobre la historia de más de 200 instrumentos y la posibilidad de escuchar el sonido de todos ellos, la parte fuerte de la muestra llega cuando se añade el elemento de la interacción. Pianos, cajones flamencos, guitarras o una batería eléctrica son algunos de los instrumentos musicales que pueden tocarse en cualquier momento, algo a lo que se unen ofertas menos clásicas como un arpa que funciona por el movimiento de tu cuerpo o un theremín, uno de los primeros y más curiosos instrumentos musicales electrónicos.

Junto a esta exposición y su intención de aunar la ciencia con la música, llega también el taller Guitar FabLab, un laboratorio en el que intervienen investigadores, profesionales, artistas y ciudadanos con la guitarra como eje principal. Se trata del primer FabLab de investigación sobre este instrumento, el más interpretado del planeta, donde la difusión del conocimiento y el patrimonio material e inmaterial están entre los principales objetivos.

Además, ‘WOW, maravillas del mundo salvaje’ ofrece la posibilidad de disfrutar de escenas llenas de dinamismo protagonizadas por animales naturalizados. En su sala, se abre la posibilidad de conocer cómo felinos como los tigres cazan a sus presas, aprendiendo más tanto de ellos como del resto de animales que componen la exposición. Con elementos interactivos que permiten acercarse al mundo animal, supone la ocasión perfecta para disfrutar de unas imágenes llenas de movimiento aunque estén quietas frente a nuestros ojos.

Ya en la zona exterior, llena de jardines, se pueden disfrutar otras actividades que también son muy aclamadas por los visitantes. Una de ellas es la tradicional subida a la torre de observación, desde donde se puede disfrutar de una vista singular de toda la capital. Otra de ellas, si se visita en el marco de tiempo adecuado, es la exhibición de las aves rapaces, todo un espectáculo que vale la pena disfrutar para poner la guinda al pastel del Parque de las Ciencias.

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