Los libros infantiles consolidan los estereotipos de género en las mentes jóvenes, según un estudio

Los libros infantiles consolidan los estereotipos de género en las mentes jóvenes, según un estudio

Un nuevo estudio de la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, demuestra que los libros infantiles pueden perpetuar los estereotipos de género y que la información contenida en los libros de educación infantil podría desempeñar un papel fundamental en la consolidación de las percepciones de género en los niños pequeños, según publican sus autores en la revista ‘Psychological Science’.

«Algunos de los estereotipos que se han estudiado en la literatura de psicología social están presentes en estos libros, como que las niñas son buenas para la lectura y los niños son buenos para las matemáticas», explica Molly Lewis, profesora especial de los departamentos de Ciencias Sociales y de la Decisión y de Psicología del Colegio Dietrich de Humanidades y Ciencias Sociales y autora principal del estudio.

Lewis ha descubierto que los libros con lenguaje de género se centraban en el protagonista de la historia. Las palabras asociadas a las mujeres se centraban en el afecto, las palabras relacionadas con la escuela y los verbos de comunicación, como «explicó» y «escuchó». Por su parte, las palabras asociadas a los hombres se centraban más en las profesiones, el transporte y las herramientas.

«El público de estos libros es diferente -afirma Lewis-. Las niñas leen más a menudo libros estereotipados para niñas, y los niños más a menudo libros estereotipados para niños».

Las niñas tienen más probabilidades de que se les lean libros con protagonistas femeninas que los niños. Debido a estas preferencias, los niños son más propensos a aprender sobre los prejuicios de género de su propio género que de otros géneros.

Los investigadores analizaron 247 libros escritos para niños de 5 años o menos del Wisconsin Children’s Book Corpus. Los libros con protagonistas femeninas tenían más lenguaje de género que los libros con protagonistas masculinos. Los investigadores atribuyen este hallazgo a que históricamente se ha considerado que el «hombre» es el género por defecto. Las palabras y frases codificadas en femenino se salen más de la norma y son más notables.

También compararon sus hallazgos con los libros de ficción para adultos y descubrieron que los libros infantiles mostraban más estereotipos de género que los libros de ficción leídos por adultos. En concreto, los investigadores examinaron la frecuencia con la que se asociaba a las mujeres con el bien, la familia, el lenguaje y las artes, mientras que a los hombres se les asociaba con el mal, las carreras y las matemáticas.

En comparación con el corpus de adultos, que era bastante neutro en cuanto a las asociaciones entre el género, la lengua, las artes y las matemáticas, los libros infantiles eran mucho más propensos a asociar a las mujeres con la lengua y las artes y a los hombres con las matemáticas.

«Nuestros datos son sólo una parte de la historia, por así decirlo –apunta Mark Seidenberg, profesor de psicología de la Universidad de Wisconsin y autor del estudio–. Se basan en las palabras de los libros infantiles y no dicen nada sobre otras características que importan: la historia, las emociones que evocan, las formas en que los libros amplían el conocimiento de los niños sobre el mundo. Sabiendo que los estereotipos se cuelan en muchos libros y que los niños desarrollan creencias sobre el género a una edad temprana, probablemente queramos considerar los libros teniendo esto en cuenta».

El estudio no evaluó directamente la forma en que los niños perciben los mensajes sobre el género en estos libros ni examinó cómo los libros influyen en la forma en que los lectores perciben el género, y tampoco evaluó otras fuentes de estereotipos de género a las que están expuestos los niños.

«A menudo hay una especie de ciclo de aprendizaje de los estereotipos de género, en el que los niños aprenden los estereotipos a una edad temprana y luego los perpetúan a medida que crecen –subraya Lewis–. Estos libros pueden ser un vehículo para comunicar información sobre el género. Tal vez debamos prestar cierta atención a cuáles pueden ser esos mensajes y si son mensajes que incluso se quieren transmitir a los niños», sugieren.

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