Pandemias y sociedad: XIX (I)

Pandemias y sociedad: XIX (I)

A modo de explicación

La intención de esta tenue —por escasa y liviana— relación de algunas “cosillas” sobre antiguos sucesos epidémicos vividos en Granada, que no tiene la pretensión ni de breviario, ni de prontuario siquiera, no es otra que dar a conocer a los lectores de esas cuestiones olvidadas pero que pasaron en nuestra tierra y que casi todos parecen haber olvidado. Con ello disfrutaremos —eso espero— con las cosas de la que fue más historia cotidiana de un momento, que una cuestión con hache mayúscula de Historia, aunque ahora sí que lo sea. Y con ello entretener en estos días de confinamiento forzoso y solidario.

Hecha a advertencia —y previniendo de que no soy historiador de nada y menos de la Medicina— y como le he sugerido al director de La Voz de Granada, daré diariamente a la edición un breve apunte, sin más orden que según se me vaya ocurriendo, sobre “ANTIGUAS EPIDEMIAS GRANADINAS” —pongan el calificativo antes o después, como quiero—, o sea, padecidas en Granada. Una sección que se agotará cuando el Gobierno de España derogue el Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por cuya aplicación estamos en esta especie de arresto domiciliario.

Las epidemias de cólera en España

Los brotes de cólera morbo azotaron nuestro país desde el primer tercio del siglo XIX hasta finales del mismo. Principalmente afectaron a las grandes ciudades, donde había mayor cantidad de población y hacinamiento de personas, aunque puede decirse que afectaron íntegramente al territorio nacional. Al final de siglo los datos que pueden consultarse a través del Ministerio de Sanidad, arrojan una cifra tan terrible como inmensa, llevándonos las fuentes estadísticas a concluir que fueron más de 800.000 los españoles que murieron por estas las grandes pandemias que azotaron a España durante el siglo, no solo de cólera, sino también de peste, fiebre amarilla. En 1800 la población española era de aproximadamente 11 millones y medio de personas y la mortandad provocada por las epidemias generaron gravísimos problemas sociales y económicos. Basta leer las crónicas del momento y los tratados de que se disponen para concluir sobre el gran impacto socioeconómico, político, estadístico, moral y de toda índole que generaron las pandemias durante la centuria.

Las epidemias de cólera en Granada

Realmente, aunque hubo más, durante el siglo XIX, en Granada, fueron tres las grandes epidemias declaradas de cólera morbo. La de 1833 —aunque en Granada como tal no llegaría o no se declararía hasta 1834—, la de 1860, y la de 1885. El cólera morbo fue considerada como una cuestión foránea y exótica, luego que se constatara que el brote de cólera, que se extendería por el mundo, tuvo lugar en 1817, en la India. Creo que no debe olvidarse en este asunto el hecho de que 1816 fuese el “año sin verano”, debido a la explosión del volcán Tambora en la isla de Sumbawa, en Indonesia, que generó lo que se conoce como “invierno volcánico”, lo que determinó pérdidas de cosechas, grandes hambrunas y numerosos conflictos de toda índole, consecuencias de un fenómeno que afectó a todo el mundo (en concreto, en Granada, quién desee conocer a propósito de ello y sus efectos puede leer el capítulo que a ello dediqué en mi libro “Nuevas Curiosidades Granadinas” editorial El Defensor, 2010, y en el número 4 de la Revista Garnata).

Tampoco debe olvidarse la cercanía relativa de la desembocadura del Ganges con el archipiélago de la Sonda al que pertenece Sumbawa, lo que sin duda, ello, además unido a la terrible colonización que por entonces imponían los ingleses en el subcontinente Indio, contribuiría en buena medida a la aparición del brote colérico.

El cólera morbo es conocido desde su inicio como una enfermedad pandémica, así es declarado por los estudiosos y los epidemiólogos. Su propagación posterior por los países del mundo, principalmente de Europa, corroboraría esta naturaleza.

En España apareció a principio de 1833 en Galicia, en el puerto de Vigo, y pronto se extendió por el país —León, Valladolid, Toledo, Madrid…—, si bien en el sur, en Andalucía, apareció en Huelva en agosto de aquel año, según los datos más fiables y que encontramos en distintos Archivos como el de la Real Chancillería que guarda documentos interesantísimos sobre el avance de la epidemia en todo el territorio del Real Acuerdo y de la Jurisdicción, en los que podemos ver como seguidamente el brote pasaría a Sevilla, Cádiz y Córdoba, y, como ya vimos, se presentó en las puertas del reino de Granada, por las poblaciones cercanas al occidente del territorio. Así se sabe que en rute se declaró el 24 de octubre de 1833, y ya posteriormente hay alguna noticia de cómo en las proximidades de Loja pudo haber algún caso en noviembre.

Ambiente social y político

El primer ataque del brote colérico se desencadenó en medio de un ambiente político muy conflictivo, cuando España atravesaba una decisiva transición política, entre el absolutismo fernandino —Fernando VII, el rey felón, murió el 29 de septiembre de 1833—, y el advenimiento forzado del liberalismo cristino o isabelino. La Década Ominosa había dejado un estado debilitado y sumido en el caos de los conflictos y los pronunciamientos. Acaso por eso hay quién ha dicho que el primer brote de cólera morbo se propaló en medio de otra dura epidemia, la carlista. (CONTINUARÁ)

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