Un pacto inestable entre el despiste, la tozudez y la amenaza

Un pacto inestable entre el despiste, la tozudez y la amenaza

  • El PP pide a Ciudadanos que ceda y se siente a hablar con Vox, que amenaza con una moción de censura sin sentido
  • Desde la formación naranja insisten en que los de Onofre Miralles no entrarán en el equipo de Gobierno de la capital

Cinco días lleva paralizado el Ayuntamiento de Granada. Cinco largos días, tensos en todas las áreas posibles, en los que se ha trabajado desde la base como si nada pasase a pesar de las ausencias en los estamentos superiores. Cinco días en los que no se ha terminado de aclarar ni siquiera cuál será el nombre del alcalde de la ciudad en dos años. En resumen, cinco días de pacto entre Ciudadanos, PP y quién sabe si Vox.

En este tiempo, nada se ha aclarado a los granadinos. La razón es muy simple: no hay nada que aclarar porque el acuerdo no llegaba más allá de apoyar a Salvador para que Cuenca no volviese a ser alcalde, es decir, el actual Gobierno local no tiene aún un plan para Granada. Esperan tenerlo en los próximos días, al menos, aunque el resultado podría ser un batiburrillo de propuestas populares y naranjas, pero no verdes.

Precisamente son esas tres últimas palabras las que dotan al pacto de una inestabilidad por la que ya tiemblan los ciudadanos, no los políticos, sino los de a pie. Para investir a Salvador necesitaron el apoyo de Vox, pero no se cuenta con ellos para llevar las riendas de la ciudad. Juegan al despiste, al menos desde Granada, con medias tintas y pocas afirmaciones. Desde la Junta han sido más directos asegurando que bajo ningún concepto se dará pie a que los de Miralles formen parte del equipo de Gobierno. Dónde duda Granada, responden Sevilla y Madrid.

Otro de los tres factores que hacen de este pacto nitroglicerina es la tozudez de Sebastián Pérez. Su futuro parece pasar fuera del Partido Popular de Granada, pero no lo acepta. Insiste y presiona, asegurando que el acuerdo era que gobernase dos años cada partido, si bien desde Ciudadanos niegan en todo momento su versión. «El alcalde soy yo y punto», llegó a decir Luis Salvador el día de su investidura. Si el número uno del PP aceptara lo firmado por Teodoro García Egea y diera un paso al lado, se aliviarían algunas tensiones. Quizás ante la falta del paso se encuentre con un empujón.

La tercera línea a observar es Vox, concretamente la amenaza con una moción de censura que tanto han promulgado en sus redes sociales, primero a través de Macarena Olona y ayer mediante el propio Onofre Miralles. La formación de extrema derecha no se siente valorada ni escuchada por los que, aseguran, son sus socios de Gobierno. Ante esto, han advertido de la posibilidad de que finalmente recaiga la Alcaldía de Granada sobre Paco Cuenca.

Sin embargo, no es tan fácil como lo aseguran. La moción de censura no podría llevarla a cabo bajo ningún concepto Vox, al menos no sin traicionar a sus ideales. Para este proceso, es necesario proponer un candidato y contar con el apoyo de los demás grupos, lo que les lleva a un callejón sin salida. Adelante y PSOE no apoyarían a Onofre como alcalde de Granada en ningún supuesto, mientras que para darle la alcaldía al candidato socialista la formación de extrema derecha tendría que proponerlo públicamente, algo que no gustaría a sus votantes. Cabe la opción de que la propongan los otros dos grupos y Vox vote en blanco, la única que no dañaría su imagen.

Salvador no responde, pero esconde mensajes

Durante su comparecencia de ayer, Luis Salvador evitó dar respuestas aseguró que «el lunes o el martes seguramente daremos una rueda de prensa conjunta». En ella, indicó que se presentarán «el equipo de Gobierno, la composición, la estructura, las delegaciones, cómo se va a estructurar el equipo de trabajo y cualquier otro aspecto que tenga que ver con el acuerdo hecho con el Partido Popular en la Alcaldía de Granada para los próximos años».

El discurso parece normal, si bien esconde mensajes en forma de dardo. El actual primer edil de la ciudad recalcó que el acuerdo es con el Partido Popular, sin nombrar a Vox en ningún momento, dejando clara su postura de que se trata de un pacto a dos y no a tres. Si bien sus declaraciones suelen ser confusas y evita responder directamente, el discurso es claro y habla solo de otro partido además del suyo.

Intentos por estabilizar

Si desde Ciudadanos están seguros de que la amenaza de la moción de censura es poco más que una broma, desde el PP ya muestran dudas. Los populares pidieron ayer a Luis Salvador que se siente a escuchar a Vox en busca de un modelo que siga el de la Junta de Andalucía -se ve que olvidaron el caso de los Presupuestos- e implique un acuerdo entre las tres fuerzas de derechas.

A pesar de ello, no ha habido movimientos por parte de Luis Salvador ni de Albert Rivera, a quien ya se dirigió en la tarde de ayer Onofre Miralles. El portavoz de Vox en Granada contestó a la felicitación del dirigente de Ciudadanos hacia Salvador retándole a preguntar en Granada «por un tal Onofre Miralles». «Ya me han dado un capotazo, el segundo no me lo dan», advirtió en su perfil de Twitter, «el que avisa no es traidor».

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