Adoctrinamiento y represión en los colegios andaluces

Ambas cosas han ocurrido en los últimos días, en la “libérrima” educación que gestiona Moreno Bonilla en Andalucía.

Dice el PP en su página web oficial que “la educación pública en Andalucía es un reflejo de un sistema que aboga por la equidad, la calidad y la inclusión y juega un papel fundamental en la construcción de una sociedad informada, capacitada y cohesiva. Por lo tanto -continúa leyéndose en su web-, la educación pública es un pilar de la sociedad, un motor de igualdad y una promesa de futuro. Con una comunidad que elige masivamente la educación pública, Andalucía se postula como un modelo a seguir en la defensa y promoción de una educación accesible para todos.”

Difícilmente nadie podría ponerle un pero a esa declaración de principios, si no fuera porque del dicho al hecho, hay mucho trecho, y si no que se lo pregunten a los colegios de toda Andalucía, que esta semana han tenido que “reflexionar” sobre el terrorismo de ETA, por lo civil o por lo criminal; o a la docena de colegios del Valle de los Pedroches, que vieron como de la noche a la mañana, se presentaban en ellos otros tantos inspectores, a exigir “explicaciones” de como había sido posible, que los alumnos hubieran pedido a los Reyes Magos que el agua potable volviera a sus grifos.

Corría el año del Señor de 2012, cuando por un incidente escolar en la localidad sevillana de Los Corrales, el PP, entonces en la oposición, presentaba una queja formal ante la Delegación Provincial de Educación «para exigir que se garantice que los colegios sean un servicio educativo para los alumnos y no un sistema de adoctrinamiento y manipulación al servicio del PSOE e IU». Seguía el PP diciendo que «La demagogia enfermiza, la falta de respeto y el abuso de las instituciones públicas deben terminarse en nuestra tierra y en las instituciones públicas».

Tremendamente enfadado, el PP exigía a la Junta que se retractara de esta actitud y tomara las medidas oportunas “para garantizar que no se va a volver a repetir un vergonzoso intento de adoctrinamiento como éste, ya que, de lo contrario, socialistas y comunistas estarían demostrando claramente que no respetan las normas democráticas y que se creen con el derecho de utilizar las instituciones públicas que son de todos para sus intereses partidistas».

Los populares terminaban afirmando que no iban a consentir, bajo ningún concepto, la utilización de los menores con fines claramente políticos, porque “la política no tiene cabida en la escuela».

Sin mover una coma, tan indignado alegato podría servir para denunciar el vergonzoso episodio vivido esta semana en los colegios andaluces, donde con motivo del Día Escolar de la No Violencia y la Paz, el Gobierno andaluz, organizaba un ciclo de conferencias sobre la historia del terrorismo de ETA -disuelta hace 11 años- dirigido al alumnado de 3º y 4º de Secundaria y Bachillerato, merced a un convenio suscrito este mismo lunes con la Fundación Villacisneros, estrechamente vinculada a destacados personajes de la derecha más dura de nuestro país, como Esperanza Aguirre, Jaime Mayor Oreja, o Hermann Terstch.

No deja de ser llamativo que la “elección” del tema sobre el que la consejería de Educación pretendía que reflexionaran los colegiales andaluces, fuera la del terrorismo de ETA, justo cuando el PP ha colocado el tema como uno de los argumentarios centrales en su batalla contra el Gobierno de coalición. No seré yo quien minusvalore el enorme daño que ETA ha hecho a este país, pero da mucha vergüencita que el supermoderado gobierno de Bonilla, utilice el dolor y las víctimas causados por esa banda terrorista, para llevarse a su huerto político a los andaluces del siglo XXI.

No hace falta ser muy agudo para aventurar que la consejera de Educación podría haber elegido como motivo de reflexión la brutal guerra de Gaza, que nuestros escolares siguen a diario por televisión, asistiendo a la muerte de centenares de niños de su edad a manos del ejército Israelí. También hubiera podido elegir la señora del Pozo, que nuestros niños supieran lo que fue “la Desbandá”, de la que la semana que viene se cumplen 84 años y en la que perdieron la vida centenares de ancianos, mujeres y niños, salvajemente bombardeados por tierra, mar y aire, en su huida de Málaga, a punto de caer en poder de las tropas franquistas. Aunque para no ser acusada de sectaria, la señora consejera, también hubiera podido elegir como tema de reflexión, la violencia que se vive en las propias aulas andaluzas, el moobing, el acoso digital y las agresiones de que son víctimas decenas de nuestros escolares que, sin embargo, no han tenido más remedio que “reflexionar” sobre la violencia de una banda desaparecida hace once años, todo por “obra y gracia” del señor Feijóo.

Si lamentable parece el anterior episodio, no menos sonrojo produce que la Inspección Educativa de la Junta de Andalucía, haya solicitado información a varios centros escolares del norte de la provincia de Córdoba, tras difundir estos un vídeo en redes sociales, en el que sus alumnos han simulado escribir una carta a los Reyes Magos, pidiendo solución a la falta de agua potable en sus grifos, un problema que la comarca arrastra ya desde hace ocho meses.

A pesar de que el vídeo no culpabiliza a ningún partido de la situación y solo pide a los Reyes Magos que se arregle la situación tercermundista que se tiene en la zona, “alguien” se sintió agredido, hasta el punto de tomar la inédita medida de enviar a la Inspección educativa el mismo día, a la misma hora, y por sorpresa, a los centros públicos participantes, para recabar documentación en busca de alguna irregularidad en el diseño y ejecución de dicha actividad.

Tanto la “reflexión” sobre ETA, como la “represión” sobre la carta escolar a los Reyes, demuestra a las claras, que además de volcarse presupuestaria y políticamente con la enseñanza privada, el preclaro Gobierno de Bonilla, no tiene empacho alguno en convertir las aulas andaluzas, en trinchera política para sus intereses partidistas… ¡Dejen a los niños en paz!

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COMENTARIOS

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    Manuel 4 meses

    Adoctrinamiento puro y duro con fines políticos. La celebración del día de la paz, la no violencia, día de la mujer etc. nunca han tenido una directriz desde la Consejería y han sido los centros escolares los que han decidido tanto las activvidades , como la temática. Esto es una ingerencia de la Conserjería de Eucación en la formación de los niños y adolescentes. Una vergüenza a la postre.

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