Andalucía mon amour

38.000.000 €. Los expertos en gestión de dinero público se han gastado este pastón en una campaña para promocionar Andalucía. 1:23 minutos dura el vídeo, un suspiro, un quejío del bolsillo andaluz condenado a la tristeza y la melancolía de una secular petenera. El anuncio es el producto estrella y el eje de una campaña global con 800 acciones publicitarias en 3 continentes al servicio de la Andalucía privatizada de Moreno Boñiga, humillando, eso sí, el habla andaluza ante la imperial lengua del dólar: “Andalusian Crush”.

El anuncio está dando que hablar en tabernas y peluquerías por su dudosa eficacia publicitaria y lo desatinada que resulta su intención de retratar a Andalucía. Es osado opinar en estos términos sobre un anuncio manufacturado y facturado por una de las agencias del ramo más selectas del panorama nacional e internacional, sobre todo tras comprobar que su ficha de campaña se antoja más larga que la nómina de créditos de una superproducción de Hollywood. 38.000.000 € de dinero público merecen una reflexión.

Un collage de imágenes con una pobre conexión coloca el anuncio, para la audiencia media, en el nivel de incomprensión de los de colonias que invaden las pantallas en estas fechas. Si al gazpacho visual se suma la chirriante banda sonora, el efecto más probable en la audiencia media será zapear o bajar el volumen de forma apresurada. Manuel de Falla, Joaquín Turina, Andrés Segovia, Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar se ocultan tras una sugerida cortina de incienso y algo tan español como la estatua de la libertad.

Moreno Boñiga ha hecho bueno el dicho de que nadie es profeta en su tierra. Parece ser, según se lee por ahí, que el objetivo de la campaña es vender la capacidad cultural de las gentes de Andalucía. La agencia, con dudoso criterio, ha tirado de un actor famoso por su protagonismo en una serie efímera y ha obviado, por ejemplo, la figura casi desconocida a nivel mundial del malagueño Antonio Banderas. Debe ser porque no se maneja bien en inglés o porque su minuta habrá excedido con creces los 38.000.000 €.

Andalucía no son sólo celebridades difuntas. Andalucía es una inagotable fuente de talento a descubrir por quienes hozan y retozan en el erario público con un criterio provinciano que les impide apreciar la dimensión blanca y verde de esta tierra. ¿No hay creatividad en el Sur?, ¿no hay guionistas?, ¿no hay quien pueda acometer un proyecto de imagen como lo hacen las gentes de Madrid, de Barcelona y del extranjero?. El señorito andaluz siempre infravaloró a su tierra y a su gente… y Moreno Boñiga no iba a ser menos.

Para contextualizar este tremendo derroche, sirvan de orientación dos ejemplos de talento andaluz actual. “Cementerio de coches”, reconocido cortometraje de 8 minutos del lucentino Miguel Ángel Olivares, contó con un presupuesto de 40.000 €. El de “La frontera infinita”, largometraje de la productora La Claqueta PC, del onubense Manuel H. Martín y el lucentino Olmo Figueredo, ascendió a 3.000.000 €. Las comparaciones son odiosas y en este caso tal vez improcedentes, pero quizás sean necesarias para no dejarse engañar.

Para quienes no conocen los entresijos de la publicidad, hay que decir que el nivel de insight alcanzado es altísimo en un spot muy cool para un target amplio y diverso, todo un challenge comunicativo bien conceptualizado. En resumen, hay que poner en valor el craft de esta campaña, que la hace única para situarse en el top del marketing por su alta capacidad para copar el trending topic más exigente. Por ahora, la mejor acción publicitaria para Andalucía la ha propiciado Satanás con la Cumbre Europea de la Alhambra.

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