Aquelarre fascista en Madrid

Se ha reunido en Madrid, paraíso de la extrema derecha, un hatajo de admiradores de dictadores, simpatizantes de genocidas y fanáticos del odio y la violencia. Conviene interpelar a la Historia para que nos cuente quiénes fueron y qué hicieron las figuras que la Internacional Fascista reivindica sin pudor: Morawiecki a Studnicki, Le Pen a Pétain, Chikly a Netanyahu, Kast a Pinochet, Ventura a Salazar, Meloni a Mussolini, Abascal a Franco, Orban a ​​Ferenc Szálasi y Milei a muerte con Videla. Y todos, brazo en alto, a Adolph Hitler.

Esta gente no hace política, no saben, no quieren y la odian. Esta gente busca aniquilar la Democracia y el pensamiento crítico mediante liderazgos populistas basados en bulos y en la instauración del pensamiento único. Esta gente reúne en torno a sus partidos a los dos extremos sociales: gente extremadamente rica y cabezas rapadas que obedecen sin pensar las consignas que los cerebros rapados de sus líderes les marcan. “El que pueda hacer, que haga”, llamaba no hace mucho a la guerra abierta el de las mentiras de Irak y del 11M.

Cuentan estas hordas con la inestimable ayuda de los tradicionales estamentos públicos que no se cortan a la hora de intervenir en política: Justicia, fuerzas de seguridad y ejército. Cuentan estas hordas con la colaboración de diferentes bandas adoctrinadoras que mezclan el acoso público a quienes no comulgan con sus idearios y un componente religioso radicalizado: Iglesia, sectas, Hazte Oír o Abogados Cristianos, sin olvidar a determinados medios, señalan objetivos para que los descerebrados actúen con impunidad.

En España, los mensajes de misoginia, racismo y homofobia están elevando de manera alarmante los casos de acoso y agresiones a estos colectivos. Pero no es exclusivo de este lamentable país, ocurre en cualquier lugar del globo donde la extrema derecha toca poder. Cabe establecer una relación proporcional entre la saña del cerebro rapado al emitir las consignas y la brutalidad de los cabezas rapadas al ejecutarlas. Sirva de ejemplo Milei: sus palabras han quemado vivas a cuatro lesbianas en Argentina, tres de ellas muertas.

Pero no es lo peor. Lo peor está por venir. Abascal llamó a colgar al Presidente del país por los pies y lo hicieron los nacionalcatólicos en Ferraz en sentido figurado. La vedete argentina se permite decir que “Las políticas socialistas solo traen pobreza y muerte”, cuando el capitalismo salvaje es el mayor creador de pobreza en el mundo y la muerte la han aplicado los regímenes añorados por los participantes en el aquelarre. No fueron Aznar, Ayuso, Aguirre, Almeida, Leguina o Page: hubieran encajado y Ayuso habría sido la estrella.

A estas alturas, la Historia aconseja tomar precauciones y preguntarse qué tipo de sociedad están construyendo personas con evidentes alteraciones conductuales para una ciudadanía sumisa hasta el degüello voluntario. Una ciudadanía “normal”, capaz de justificar la violencia machista, racista y homófoba, asistir impasible a un genocidio como el de Gaza, votar, a quien ordena morir de forma cruel a 7.291 personas en residencias y aceptar que usurpen su Sanidad, su Educación y hasta la Memoria de sus antepasados. Huele a cámara de gas.

El organizador del aquelarre fascista, firme defensor de las armas (la dialéctica de los puños y las pistolas de Falange), hace poco pidió un «cambio radical urgente en la ley» para que los españoles puedan «disponer de un arma en su casa». La Guardia Civil habla de tres millones de armas en España, indicando que ocho de cada diez, son escopetas de caza que valen para matar conejos, mujeres, maricones o rojos. ¿Es casual el interés de Vox por este colectivo? ¿Es casual la simpatía de las fuerzas de seguridad con la extrema derecha?

CATEGORÍAS

COMENTARIOS

Wordpress (0)
Disqus ( )