Consejera a la fuga

Después de exprimir hasta la saciedad su condición de consejera de Fomento para reforzar sus opciones como candidata a la alcaldía, el martes Marifran Carazo, abandonaba el consejo de Gobierno, arropada por Moreno Bonilla y el resto de integrantes del ejecutivo andaluz, aunque lejos de hacerlo bajo palio, tal y como ha venido transitando en todo su periodo de consejera, lo ha hecho casi de tapadillo y en medio del mayor escándalo protagonizado por su departamento desde que la alcaldable es su responsable.

No entraba dentro de los planes de Marifran, acabar siendo una consejera a la fuga, como le pasaba a Julia Roberts, en aquella película, donde la joven Maggie era conocida entre los lugareños de Maryland, por dejar plantados en el altar a varios de sus novios.

Carazo que ha «exprimido» su condición de consejera hasta el límite de lo impresentable, convirtiéndose en omnipresente en cualquier referencia de la Junta de Andalucía en Granada, por muy ajena que esta fuera a su departamento y competencias, había calculado su salida del consejo de Gobierno en loor de multitudes y para ello los estrategas electorales del PP, le habían diseñado hasta un consejo de Gobierno a su medida, nada menos que en Sierra Nevada. Sin embargo, las estrafalarias adjudicaciones de obras para reparación de carreteras, a dos empresas de padre e hija, sin que esas empresas se dedicaran a las obras públicas, tuvieran trabajadores, sin que acreditaran la solvencia exigible para contratar con la administración pública, sin sede social y sin ningún tipo de experiencia en el sector, han convertido su salida triunfal de la consejería, camino de la alcaldía, en una auténtica pesadilla, mal explicada y peor gestionada, que quien sabe si puede ser un torpedo en la línea de flotación de las aspiraciones de Marifran, para convertirse en la primera alcaldesa de Granada.

Desde que hace una semana, la Cadena SER en Andalucía, desvelara la adjudicación de contratos por importe de más de cuatro millones de euros a las «empresas» de padre e hija, Marifrán, está viviendo los peores días desde que se convirtió en la estrella emergente de la política autonómica y granadina. Aunque «curiosamente» mis colegas en Granada casi han pasado de puntillas por tan escandaloso «affaire», el escándalo de esas incomprensibles adjudicaciones ha perseguido a Marifrán, amargándole una despedida del ejecutivo andaluz, que no había imaginado ni en su peor pesadilla.

La gestión mediática y reputacional de la crisis de Marifrán no ha podido ser más lamentable. Ocho días después de que los hechos se hicieran públicos, la ciudadanía andaluza no ha recibido ni una sola explicación convincente de la consejera, del Gobierno al que ha pertenecido hasta antes de ayer, ni de su partido. Fuera de echar mano del perfecto manual de crisis, lo único que hemos escuchado ha sido el manido recurso a la legalidad de las adjudicaciones y, como no, la descalificación de quienes piden explicaciones, a los que acusan de querer «manchar» la trayectoria de «eficacia, y buena gestión» de la hoy candidata a la alcaldía.

Marifran lleva ocho días escondiéndose de mis colegas, por más que -cuenta de resultados mediante- estén pasando de puntillas por este auténtico escandalazo, que de haber sido cometido por cualquier otro candidato, no duden ustedes habría abierto portadas e informativos locales un día sí y otro también. Craso error. Si Carazo tiene tan claro que todo se hizo bien en esas adjudicaciones, es inexplicable que no hubiera convocado una rueda de prensa y concedido una docena de entrevistas para dar pelos y señales sobre esos contratos, hasta que no quedara la más mínima sombra de dudas.

Insisten la Junta, la consejera y el PP, que esas adjudicaciones son legales. En ese caso tenemos un gravísimo problema con la legalidad, porque ni la Junta, la consejera y el PP, han negado que la empresa adjudicataria no se dedicaba a la obra pública y lo que es peor, no tenía trabajadores, ni solvencia, ni experiencia y por no tener, no tenía ni sede social. Lo que viene a ser una empresa pantalla. Si adjudicar un contrato público a una empresa que es un auténtico paripé, es algo «legal», hay que cambiar con urgencia la ley que ampara semejante descalzaperros.

Debe ser difícil para quien, como Marifrán, ha basado toda su estrategia en aprovechar el rebufo de la Junta y no pisar charcos, hacer frente a una situación como esta, pero sin duda es en las crisis donde un aspirante a líder o lideresa, debe demostrar a la ciudadanía de qué pasta está hecha y hasta el momento la candidata cosecha un «muy deficiente» en este menester, porque el silencio, en estos casos, es «cuasi» ilegal, inmoral y además engorda.

Pero es que además, estamos a 58 días de las elecciones municipales y al margen del marketing electoral y los muchos miles de euros gastados en marquesinas y publicidad y hasta ahora nada hemos escuchado a la alcaldable sobre asuntos claves para la ciudad que pretende gobernar.

¿Alguien sabe que piensa Marifrán sobre que el Gobierno del que ha formado parte hasta hace dos días, haya puesto precio a la sanidad pública?

¿Alguien sabe si Marifrán está de acuerdo con el expolio de que está siendo víctima el Parque de las Ciencias por parte de la Junta; con el ataque por tierra, mar y aire contra la Escuela Andaluza de Salud Pública; o sobre la decisión de la Junta de eliminar el Centro de Documentación Musical de Andalucía y reconvertirlo en una unidad administrativa dependiente de la Biblioteca de Andalucía?

¿Alguien sabe que opina Marifran Carazo, sobre que Sevilla pretenda embolsarse un buen puñado de millones por ser capital de Andalucía, en una operación apoyada por su Gobierno?

¿Alguien sabe que opina la candidata a la Alcaldía de Granada, sobre que las vías del AVE abran en canal el barrio de la Chana?

¿Alguien conoce la opinión de la Consejera, sobre que su Gobierno apoye la construcción de un AVE directo entre Sevilla y Málaga, que deja relegada a la ciudad de la que pretende ser alcaldesa?

¿Alguien ha escuchado a la que fuera concejala de Torres Hurtado, alguna explicación, de por qué el Gobierno al que pertenece, se niega ahora a financiar el 20 por ciento de las obras de las conducciones de Rules que se había comprometido a financiar?

He de confesarles que quien esto escribe, no ha esuchado a la mujer que pretende convertirse en la primera alcaldesa de Granada, posicionarse sobre ninguno de estos asuntos capitales para esta ciudad, con el agravante de que muchos de ellos entran de lleno en lo que hasta hace 48 horas formaban parte de su esfera de competencia como consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio.

Estoy seguro de que Marifran tiene opinión, como también de que no la expresa en voz alta porque, o bien su partido no la comparte, o bien serían los granadinos quienes podrían no compartirla, con el riesgo que eso conlleva para sus expectativas electorales.

Nos quedan menos de dos meses para elegir alcalde o alcaldesa de Granada, ya sabemos lo que el actual titular y candidato a la reelección, Paco Cuenca, piensa sobre esos trascendentes asuntos y los disgustos que eso le ha ocasionado con su partido, ahora solo falta que la aspirante Marifran, además de hacerse carne mortal y habitar entre nosotros, también nos cuente que está dispuesta «arriesgar» por su ciudad adoptiva.

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