El fiscal «anti odio» de la Fiscalía del Estado califica a Spiriman de Odiador

  • En un informe el fiscal le acusa de mantener un discurso de odio, de incitar a la violencia y lo equipara a ultraderechistas y neonazis

El fiscal delegado de la Fiscalía General del Estado para analizar e investigar los delitos de odio en Granada, Francisco Hernández Garrido, ha calificado de «odiador» a Jesús Candel, Spiriman. El fiscal, en su informe final en el juicio contra el médico por las injurias y calumnias vertidas a Susana Diaz y Martín Blanco, explica la evolución del médico hasta llegar a convertirse en un «Hater», un «odiador», en castellano. Así, Francisco Hernández, sostiene que Spiriman pasó de ser un simple Youtuber, a convertirse en un influencer, y posteriormente pasó a ser un «trolls» de las redes sociales; es decir, «una persona que se dedica a insultar por sistema porque es el elemento con el que llama la atención de los medios de comunicación, de los políticos y del resto de los ciudadanos». El problema, según el fiscal «es que con esas referencias, con esas manifestaciones como las del video 5 -un video difundido por Spiriman donde pide escupir a sus críticos- da un paso más allá de ser un simple trolls, es decir una persona que contradice, que busca la polémica y que provoca, y pasa a ser un hater, pasa a ser un odiador, pasa a ser una persona que pierde el control en los videos, al siguiente tiene que recular y que está manifestando un discurso de odio».

El informe del fiscal, expuesto en la sala de vistas el pasado día 26 en el juzgado penal Nº 6 de Granada, con 34 minutos de duración, se centra precisamente en el discurso de odio que mantiene Spiriman, según el fiscal.

Este discurso de odio, para el fiscal anti odio, puede llevar a muchas personas bienintencionadas a mantener o realizar actuaciones que están en contra del ordenamiento jurídico y que piensan que pueden creer que es «legítimo». Se refiere el fiscal al grupo de seguidores del médico que lo siguen, aplauden, jalean, financian sus acciones judiciales, justifican sus métodos y formas de lucha, secundan, comparten sus insultos y descalificaciones hacia las personas e instituciones que ellos consideran enemigos, sean políticos, gestores, periodistas, jueces, fiscales o personal sanitario.

Tras el visionado en sala de los 16 videos aportados por la acusación, al fiscal no le queda ninguna duda de que se trata de un claro ejemplo de discurso de odio y así lo puso de manifiesto. «Si realmente esto es algo», dijo dirigiéndose al juez, «es un discurso de odio», y explicó que ese discurso de odio no tiene por qué constituir un delito tipificado en el artículo 510 del código penal, «en este caso se trata de una provocación y una incitación a actos de violencia o a generar un clima de violencia frente a determinadas personas que han de cubrir determinados requisitos, es lo que se denomina un incidente de odio». «Se intenta con unas palabras crear un clima de hostilidad frente a determinadas personas que aunque no entran en los supuestos previstos en el código penal, sí representa un discurso de odio, al menos en los 16 videos visionados»

En la exposición de su informe, el fiscal Hernández se dirigió a Spiriman, sentado en el banquillo de los acusados, para indicarle que no tiene razón cuando dice que se archivó la denuncia de la Fiscalía interpuesta contra él por un grupo de ciudadanos por presunta incitación al odio, «se archivó por que técnicamente no es un delito de odio, pero sí un discurso de odio».

El fiscal Francisco Hernández Garrido es el delegado en Granada de la Fiscalía General del Estado responsable de perseguir y llevar al juzgado los delitos de odio, y según llegó a manifestar en la sala de vistas, nunca antes había visto «una acreditación más clara de lo que es un discurso de odio, salvo los casos de ultraderechistas y de neonazis, que en este caso», concluyó.

A principio del pasado año, un grupo de usuarios de la sanidad pública elevaron una denuncia a la Fiscalía de Granada, al considerar que el médico de urgencias, desde sus videos y redes sociales, podría estar incitando al odio y a la violencia frente a determinados colectivos y personas. La denuncia fue estimada parcialmente y remitida al juzgado, y tras la instrucción, finalmente, hace un mes escaso, condenó a Spiriman por injurias y calumnias a Susana Díaz y Martin Blanco.

Tras una comparecencia de las ex presidenta de la Junta, ante los medios, para valorar la sentencia, en la que también se refirió al discurso de odio de Spiriman, éste anunció una nueva querella contra ella por acusarlo precisamente de incitar al odio.

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