Los pasos atrás en la búsqueda de la Capitalidad Cultural Europea en 2031

Los pasos atrás en la búsqueda de la Capitalidad Cultural Europea en 2031

  • Pese a que Luis Salvador se designó como responsable de la obtención de esta efeméride, la cultura granadina vive un momento complicado

Si el camino de Granada para ser Capital Cultural Europea en 2031 ya era duro, ahora parece todavía más tortuoso. La ciudad es escenario de grandes festivales, conciertos, obras de teatro y todo tipo de iniciativas de esta índole que le dotan de una riqueza cultural que pocas ciudades pueden igualar. Sin embargo, desde el 15 de junio no solo no se ha avanzado en este aspecto, sino que encima se han dado unos pasos atrás que comprometen el proyecto.

Pocas -o ninguna- iniciativas culturales nuevas han salido del equipo de gobierno local desde que Luis Salvador asumiera las funciones encargadas de designar los pasos a dar para lograr que todo el panorama europeo mire a la ciudad de la Alhambra en 12 años. Sí que ha habido movimientos bastante sonados, pero todos ellos negativos, fruto de una serie de decisiones que pueden dejar a Granada desamparada de cara a la competición con otras ciudades.

Estas decisiones son de varios tipos. Por ejemplo, se ha optado por dejar de apoyar ciertos festivales, abocándolos a la desaparición. En primer lugar sucedió con Granada Paradiso, enfocado al cine mudo y clásico anteriormente conocido como Retroback, que no volverá a ver la luz después de que el Ayuntamiento le haya retirado su apoyo sin dar explicaciones pese a tener la programación de este año sobre la mesa. Después, ocurrió lo mismo con el Festival Internacional de títeres Quiquiriquí, un referente no solo a nivel español, sino también europeo y que ha sido un éxito en todas sus ediciones.

Más allá de las cancelaciones, también se ha dado un paso atrás de cara a la organización. A día de hoy, Granada continúa sin tener ninguna novedad acerca del Festival de Teatro de Calle, del Granada Eclipsa o del Festival de Otoño Flamenco, entre otras muchas opciones. Nada ha dicho al respecto el consistorio granadino, dirigido por un Luis Salvador que recuerda mucho que Granada opta a ser Capital Cultural Europea en 2031, pero que a la hora de la verdad parece no prestar tanta atención a la efeméride.

Tampoco se ha dado ni un paso en todo este tiempo para que la Zambra sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, «asunto que recibió un gran impulso del gobierno anterior y que tiene que continuar su trámite, ya que fue aprobado en pleno», según señaló la socialista De Leyva. A todo esto se añade la intención de limitar el número de eventos que acoge Granada, una ciudad que brilla por su gran abanico de opciones en este aspecto y a la que parece que se le quieren cortar las alas desde dentro.

Como colofón al abandono cultural de la ciudad, se encuentra la situación de la Orquesta Ciudad de Granada. Si bien su mal estado académico no es algo nuevo, sí que lo es que la OCG no cuente actualmente con un gerente, al igual que tampoco lo es que el último en abandonar el cargo, Günter Vogl, lo hiciese alegando un «importante paso atrás» en la resolución de su situación económica y un «falta de apoyo» y «desinterés institucional» que podrían acabar con la orquesta más emblemática de la ciudad.

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