Más educación

Aunque el tema central actualmente es la Pandemia del Coronavirus, este tema lo prefiero tratar cuando la excepcional situación se haya acabado. Todo tiene un principio y un fin, y esperemos que esto último llegue lo antes posible.

Esto no quita para que desde aquí, al igual que han hecho otros articulistas, exprese mi admiración y felicitación a todas aquellas personas que con su trabajo y esfuerzo están haciendo frente a la peor situación que ha vivido España en las últimas décadas.

Realmente la mayor parte de la población andaluza está demostrando tener un comportamiento cívico irreprochable, aunque siempre existe el grupo de descerebrados e indocumentados que saben más que nadie, cuya voluntad está por encima del bien común. Este reducido grupo, aunque muy vistoso, adolece de una falta de educación y civismo descorazonador.

La Educación es un Derecho, pero también una necesidad, y no entendido exclusivamente como el aprendizaje de un conjunto de conocimientos, sino también como un instrumento básico de socialización y de construcción de la personalidad de cada individuo.

En la Revolución Francesa, se propuso que hubiera un cuarto poder independiente, el educativo, separado de los tres conocidos: legislativo, ejecutivo, judicial. Pretendían liberar la educación del control de los otros poderes, y crear ciudadanos libres de las manipulaciones políticas. Desgraciadamente, esta propuesta no prosperó, y en España tenemos ejemplos muy claros de la utilización de la educación en las peleas partidistas.

Ahora le toca el tremendismo a la oposición-pataleta del PSOE de Andalucía. Si además, este partido pretende patrimonializar todas las políticas sociales (educación, sanidad, medio ambiente, colectivos minoritarios,…), su sectarismo llega al extremo.

Debemos reconocer que la Educación en Andalucía al comienzo de la democracia estaba en niveles tercermundistas, y que en estos decenios se ha construido un sistema educativo, que a pesar de los graves problemas que sufre, tiene un nivel similar al de nuestro entorno. En esto hay que reconocer públicamente el esfuerzo de la comunidad docente.

Pero en su política de confrontación, el PSOE llega a la manipulación de la realidad: gritan que se pretenden eliminar unidades públicas cuando en este curso 2019/20 han aumentado en 33 en toda la comunidad, a pesar de que ha habido un descenso de alumnado de casi 13.000 alumnos fruto de la bajada de la natalidad; se asusta a los docentes de centros públicos difundiendo que se van a reducir su número cuando en este curso escolar se ha incrementado en 750 profesores y maestros; denuncian que se van a despedir interinos cuando, en dos veranos consecutivos, se han convocado más de 10.000 plazas para estabilizar las plantillas.

Pero lo más socorrido para este populismo es el eterno enfrentamiento educación pública-concertada, donde pretenden que todo el mal que puede aquejar a la escuela pública es la concertada. Curiosamente, tras 40 años de mandato socialista, ahora es cuando exigen eliminar el concierto educativo.

El nuevo Decreto de Escolarización de la Junta de Andalucía simplemente establece que en aquellas localidades donde haya centros concertados (el 18% de las localidades de Andalucía), cada área de influencia incluirá, al menos, un centro público y un centro concertado. Por cierto, una posibilidad que ya existía en el decreto de escolarización del PSOE de 2007.

Sin duda esta posibilidad avanza en el derecho de las familias a elegir el centro donde atenderán a sus hijos. Los padres debemos tener el derecho de decidir sobre la educación que reciben nuestros hijos.

Pero es que además este decreto facilita la tramitación de las matrículas, aumenta la protección de datos sensibles, prioriza las rentas bajas, adapta tramos de renta, prioriza a alumnado con discapacidad o con enfermedad grave, a hermanos, a familias numerosas… un sinfín de cuestiones que no estaban recogidas y que van a mejorar sustancialmente la conciliación de la vida familiar y laboral de las familias.

Lo importante de la Educación es que sea universal, gratuita y de calidad para todos. Apliquemos el proverbio chino: “Gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones”.

Necesitamos sacar a la Educación de la lucha política, dándole un marco estable y consensuado, que permita construir ciudadanos libres, y socialmente integrados y comprometidos con el bien común, como está demostrando la actual situación de emergencia.

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