Sobre presupuestos municipales

Creo que conviene poner un poco de orden en el «debate» sobre los presupuestos del ayuntamiento de Granada, más que nada para evitar confusiones y malentendidos, provocados por una atropellada cascada de declaraciones públicas recientes, a cargo de responsables políticos locales de las «derechas» que pusieron de alcalde al actual regidor granadino. En el Pleno Municipal celebrado el pasado 24 de Junio se produjo la aprobación inicial de los presupuestos del año 2020. En un Pleno posterior, celebrado el 31 de Julio, éstos fueron aprobados definitivamente. Y los presupuestos entraron en vigor el pasado día 6 de Agosto, cuando se produjo su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia. Es decir, en Granada, los Presupuestos municipales llevan en vigor apenas mes y medio.

Dicho lo anterior, considero que la ciudadanía ha de estar satisfecha de que haya Presupuesto en el ayuntamiento, después de 5 años en los que no los ha habido. Y no los ha habido porque ha resultado imposible alcanzar una mayoría de votos que lo posibilitara, pese a la situación de emergencia política en que ha vivido nuestro Ayuntamiento estos últimos años, por las razones de sobra conocidas. La profunda irresponsabilidad de las fuerzas políticas que pusieron de alcalde a Paco Cuenca del PSOE, impidió aprobar un presupuesto entre 2016 y 2019, y eso hay que decirlo una y mil veces. La tremenda responsabilidad del PSOE, en la oposición en 2020, ha permitido disponer de un presupuesto para este ejercicio, y eso también hay que decirlo una y mil veces.

Un presupuesto, sin duda, de emergencia, a nadie se le escapa la situación que atravesamos y el contexto social y político que vivimos. Pero un presupuesto que ha conseguido una holgada mayoría por el compromiso del PSOE, y también de las fuerzas del «bipartito» gobernante. Un Presupuesto que habrá que ejecutar y cumplir, y sobre el que habrá que estar muy pendientes de que se cumplen sus previsiones y sus propuestas. Por citar algunas de éstas, el esfuerzo para ampliar las coberturas sociales de las personas más vulnerables, la creación de bolsas específicas de empleo que intenten paliar las consecuencias de la pandemia, el impulso a la desaparición de la brecha digital entre la población y el decidido apoyo al comercio local, la recuperación del servicio de ludotecas o la reactivación con cargo a programas europeos de la obra pública. Propuestas surgidas del acuerdo político, y del voto en el Pleno, tanto del PSOE como del bipartito, al que increíblemente negaron su apoyo las autodenominadas «verdadera» izquierda y derecha, en un lamentable ejercicio de egoísmo político, al que también habría que referirse una y mil veces.

Un presupuesto, sin duda, insuficiente, pero dadas las circunstancias, el mejor posible, que además contempla compromisos fiscales para el año 2021, como una reforma de las Ordenanzas fiscales que introduzcan bonificaciones y ayudas en los sectores que afectan a la actividad económica, y una mayor justicia fiscal tanto en la ponencia de valores como en los tipos del IBI, para distribuir con equidad las consecuencias de la pandemia. Por tanto, un Presupuesto a ejecutar, a cumplir y a vigilar su cumplimiento, tanto por el Gobierno como por la oposición municipales.

Pero parece que a las «derechas» que pusieron de alcalde al actual regidor les han entrado unas prisas de difícil explicación, a la vista de lo anteriormente expuesto. Me refiero a dos comparecencias públicas recientes que seguramente vienen a sembrar confusión sobre la realidad presupuestaria municipal. Por un lado, el alcalde manifestó a bombo y platillo, que ya se ponen a trabajar en los presupuestos del 2021. Si, a primeros de Septiembre, al mes de la entrada en vigor de los del 2020. Sería muy recomendable observar un poco de mesura y de perspectiva. Es muy loable las ganas de trabajar que parece acreditar el bipartito gobernante, pero trabajen primero para ejecutar los presupuestos recién aprobados, que como se ha señalado, contienen previsiones y partidas muy beneficiosas para la ciudadanía. Seguramente resultará más útil y provechoso para la ciudad, plantear unas nuevas cuentas sobre la base de la ejecución, constatación, modificación o mejora del contenido presupuestario que aún ha de desarrollarse, que sobre la base de unas prisas que sólo parecen mostrar el deseo de una huida hacia adelante.

Y que decir de la rápida reacción del grupo de Vox, ofreciendo su apoyo al equipo de gobierno para «unas cuentas municipales de derechas», a los 3 días de las declaraciones del alcalde. Está claro que quieren recuperar el protagonismo que tuvieron cuando la elección de alcalde, y que han perdido en el anterior debate de presupuestos. Ofrecerse como «socio» para el presupuesto del 2021 y esbozar que el mismo ha de tener sensibilidad con nuestro comercio y hostelería, así como con la generación de empleo, después de rechazar justamente eso hace un mes, es todo un prodigio de contorsionismo político, sólo disculpable por el desconocimiento de la realidad presupuestaria de nuestro Ayuntamiento.

Resulta hasta cierto punto entendible, en el actual contexto político local, este aparente juego de futuros y velados apoyos. Pero ha costado mucho que esta ciudad disponga de un Presupuesto razonable en tiempos convulsos, que no sea de nadie e intente ser de todos, que procure dar respuestas sensatas, y seguramente insuficientes, a los graves problemas a los que nos enfrentamos, y que impulse medidas de justicia económica. Por eso, mejor jueguen a otra cosa y entreténganse en otros menesteres. Que un presupuesto municipal es una cosa muy seria¡. Y cumplir sus previsiones lo más serio que hay en la política local¡.

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