Una ‘marioneta’ de Madrid sin apoyos en Granada

Una ‘marioneta’ de Madrid sin apoyos en Granada

  • El debate sobre la alternancia de la alcaldía deja a Luis Salvador pendiente de la dirección general del partido y sin aliados en el Ayuntamiento

Fue una carambola lo que llevó a Luis Salvador a ser el alcalde de Granada, un golpe orquestado desde Madrid que prácticamente burla el concepto de la democracia haciendo posible que un partido con cuatro concejales pueda gobernar en la ciudad. Esta posibilidad nación de una reunión entre Ciudadanos y Partido Popular en un hotel y que acabó fructificando a solo media hora del Pleno de Investidura, con el gran objetivo en mente de que la derecha granadina se hiciese con el poder.

Inmediatamente saltó la liebre. El acuerdo contaba con un fleco que hacía que la alcaldía se alternase a los dos años de mandato, dándole el sillón a Sebastián Pérez en junio de 2021, o al menos eso aseguran los populares. Desde el PP han mantenido por activa y por pasiva este discurso, tan repetido como esquivado por Luis Salvador, algo que ha terminado por colmar el vaso de la paciencia de la formación azul, que amenazó a través de su portavoz con pasar a la oposición si la situación no se aclaraba.

Sebastián Pérez amenazó y la réplica volvió a ser esquiva. El actual alcalde se ciñó a unas diferencias de interpretación en el acuerdo, para enfado del Partido Popular, que tuvo que contestar mediante César Díaz. El edil del PP aseguró que el compromiso de la alternancia «fue nítido y no admite ninguna interpretación», devolviendo la pelota al tejado del número uno de Ciudadanos.

Sin embargo, Luis Salvador parece vivir en su propia burbuja. Las acusaciones populares simplemente le llevaron a asegurar que «no nos estrechamos las manos como tal», a la par que se asumía que el interés de la ciudadanía coincide con el que a él le conviene excluyéndola del pacto al asegurar que aquella reunión «compete» a quienes allí estaban. Mientras tanto, repite una y otra vez que habrá una reunión para zanjar el tema entre las dos formaciones, pero siempre con la dirección general de por medio.

El alcalde que quiso sacar pecho de dejar atrás la tutela de Madrid vuelve a recurrir a ella para manejar una situación de la que trata de huir, sin dar plazos ni respuestas certeras. Medias tintas de un regidor colocado por la capital de España que primero vio cómo Vox se apartaba de su lado por incumplir lo acordado con ellos y ahora observa una situación similar con el Partido Popular. La sombra de la moción de censura parece haberse disipado con la llegada de las vacaciones, pero la de la duda no abandona a un gobierno local que por el momento cuenta con una crisis interna como lo más remarcable de sus cerca de 80 días de historia.

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