De Castell a Pórtugos: el burro sabe

Existe una ruta de caminos, trochas y veredas usada por los pescaderos para subir desde la costa a la Alpujarra el pescado que, decían, llegaba enharinado por el polvo del camino. Manuel, un vecino de Castell, la tuvo que hacer con 7 años al ser encarcelado su padre cuando acabó la guerra civil. Manuel preguntó a su abuelo cómo se llegaba a la Alpujarra y éste respondió: «El burro sabe». La ruta sale de Castell de Ferro, y pasa por Los Carlos, Rubite, Bargís, Alcázar, Torvizcón, Almegíjar, Panjuila, Atalbéitar y Pórtugos.

Es una muestra de que la sabiduría popular conjuga experiencia, intuición y pragmatismo, aunque son muchos los riesgos que conlleva aparejados. Poca duda cabe de que estas sapiencias son origen de la tecnología y del progreso social y cultural del ser humano, siempre con el concurso de ciencia, razón y sentido común. Hay personas que basan sus desempeños en su habilidad sapiens y hay quienes, como el burro, dejan transcurrir su vida soportando la tensión del ronzal a cambio de la placidez del pesebre.

El perverso personaje Miguel Á. Rodríguez se ha especializado en escrutar la dentadura de cuanta militancia pulula en el establo de Génova 13. Este tasador de talento equino basa su éxito en la selección de ejemplares con el mínimo criterio indispensable para saber el camino que marca el arriero. Así se explican los rebuznos de Feijóo y las coces al tuntún de Ayuso. Cuesta descifrar sus mensajes, saber qué farfullan cuando están delante de un micro, pero no importa, son útiles porque saben el camino.

Esas burras calamidades, las dos que administran Madrid, la murciana, la castellano leonesa, la andaluza y la que aspira a administrar España, dan vueltas a la noria, uncidas a la viga que mueve el malacate, con la ilusión del botín de avena que espera al finalizar sus tareas. No dan para mucho, no sirven para la equitación, ni para el galope, ni para el tiro de carruajes, calesas o tartanas, pero tienen lo más valorado en política por las derechas extremas y conservadoras: piensan poco y saben el camino.

Si Ayuso, Bonilla o Feijóo trotan triunfales, simulando ser yegua, rocín y corcel, conviene preguntarse por la recua que con sus votos ha hecho posible tal prodigio. Avisan de sus intenciones, advierten de sus acciones y la ciega reata los secunda, los vota sin pensar y siguen la zanahoria aunque los conduzca al matadero. Tristes burros que no saben más camino que el marcado por otros burros que maquinan para despojarlos del pienso de la Sanidad y la alfalfa de la Educación a las que, mansos, renuncian.

Hubo un tiempo en que el maestro colocaba al alumnado más torpe de la clase orejas de burro, con el triste deber de recorrer la ruta vergonzante de pasillos y aulas en el colegio. Hoy día el alumnado torpe, el que obtiene títulos sin ir a clase, el que con el apellido se basta, el que se vale de chuletas mal leídas, el que salmodia argumentarios, ese alumnado trota caminos y veredas en ayuntamientos y autonomías y aspira a conducir a todos los españoles por las rutas de la perdición y las trochas corruptas que de memoria se saben.

A diferencia del personaje de Collodi, a la derecha no le crece la nariz cada vez que miente. Pinochos de la política, odian a Pepito Grillo por carecer de conciencia y sus veleidades, su corrupción y su interesado manejo de las finanzas hacen peligrar al Estado. Rechazan la educación y la cultura, por lo que les crecen orejas, cola y pezuñas de burro que sienten como propias. Como persona, siento vergüenza ajena cada vez que Feijóo y Ayuso abren la boca para exhibir sus carencias intelectuales, pero saben el camino.

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COMENTARIOS

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    Javier Bueno 1 año

    Pensé que la Voz de Granada era algo más serio, algo donde sus periodistas se dedicaban a dar noticias de actualidad o a contarnos historias de nuestra cotidiana vida.
    Pero visto el vomitivo artículo de este aprendiz de lameculos, que firma con el nombre de Pepe Morales Jiménez, cosa que ya hasta dudo, amparado bajo el sugerente y atractivo título de “De Castell a Pórtugos: el burro sabe”, y que nos ha llamado la atención a quienes amamos La Alpujarra, nos ha echado la sal en la mollera por habernos engañado de tan maquiavélica manera; claro, algo muy habitual en el partido político que defiende.
    Pero de la misma manera, a quienes yo creía algo más serios, justo han quedado en el lugar que les corresponde, por dar cabida en un ¿supuesto periódico? a quien lejos de informar se dedica a ser juez y verdugo de quienes no le gustan y voz preclara de quienes llevan años engañando a los españoles. Y no lo digo yo, lo dicen los cientos de vídeos que pueden verse en casi todas las hemerotecas.
    Malos tiempos se auguran, pero tal vez los de ustedes sean aún peores.
    Imagino que no dejarán ustedes que la gente lea lo que he expuesto, pero dicen que la mala suerte de un loco es dar con otro, así que trataré de hacer una captura de pantalla, y caso de que no vea mi comentario, ya me encargaré de hacerlo lo máximo de visible por todas las redes.

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    Javier Bueno 1 año

    Me he quedado gratamente sorprendido al ver mi escrito, cosa que de verdad no esperaba.
    Harán muy bien en invitar a marchar a este pretencioso personaje, que de periodista tiene lo que yo de Gengis Kan.
    Les reitero mi agradecimiento.

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