Graduados Sociales: más necesarios que nunca

«Más necesarios que nunca». Así nos sentimos los GRADUADOS SOCIALES, un colectivo profesional que también se encuentra en estos momentos en la primera línea del frente luchando contra la COVID-19. Nuestro trabajo no afecta directamente a la salud de las personas afectadas por el SAR COV-2, como lo es el trabajo de los profesionales sanitarios, pero sí a la salud de las empresas, igualmente vital para la sociedad en estos momentos tan complicados nunca antes vividos en los últimos 100 años.

Este colectivo profesional que presido, en virtud del Decreto de Alarma dictado por el Gobierno de España, es uno de los colectivos que no está confinado en su casa como el resto de los españoles, sino en sus despachos, en sus asesorías, trabajando entre catorce y dieciséis horas diarias sin prácticamente descanso, solo interrumpiendo las largas jornadas para picar algo y descansar lo imprescindible.

Los Graduados Sociales, como especialistas en derecho del trabajo y de la seguridad social, gestionamos las relaciones laborales de más del 80% de los autónomos y pequeños y medianos empresarios, colectivos especialmente vulnerables y que están siendo afectados de una forma muy especial como consecuencia de la falta de actividad que esta crisis sanitaria y de salud nos ha traído.

Las inmensa mayoría de empresas de nuestro país no son las grandes multinacionales o las grandes marcas que por los efectos del publimarketing todos conocemos; el 99% de nuestro tejido empresarial y el 70% del empleo lo componen Pymes, micro pymes y autónomos. Y estas empresas no tienen reservas ni están preparadas para soportar el cese de actividad inmediato impuesto por decreto en virtud de la declaración de pandemia mundial por la OMS y el gobierno de España. Bien directa o indirectamente, son empresas que soportan sus cargas con el día a día y que cuando se ve interrumpida su actividad, como ha ocurrido, pasan a una fase de iliquidez inmediata que directamente les aboca a no poder hacer frente a los gastos más básicos: si no hay ingresos no pueden pagar, ni a trabajadores ni a proveedores. Así de sencillo.

Los Graduados Sociales estamos con estos colectivos empresariales en el día a día y en cada momento, informando, gestionando, asesorando y, en definitiva, ayudando a canalizar esta imprevista y anómala situación provocada por la mayor pandemia del último siglo. Trabajamos con muchas dificultades, ya que tanto la autoridad nacional, el gobierno de España,  como las diferentes administraciones públicas con competencias en materia fiscal y laboral, no nos lo están poniendo nada fácil. La normativa “improvisada” e “imprecisa”, y la falta de la más elemental seguridad jurídica, hace que tengamos que tomar decisiones y soluciones sin posibilidad de demora y bajo nuestra exclusiva responsabilidad; decisiones que adoptamos aún siendo conscientes de que es posible que se puedan volver en nuestra contra en un futuro no lejano si los criterios de la ITSS o de los organismos competentes a posteriori deciden ser “ exquisitos” en cuanto a la aplicación de las normas y las obligaciones formales, exquisitez que por ahora no se ve en ninguna acción ya sea normativa o de puesta en práctica de las medidas que prácticamente a diario se están implantando. La implantación o puesta en marcha tenemos que hacer los agentes sociales que estamos a pie de calle, entre otros los Graduados Sociales, y que sin apoyo ni soporte de las distintas administraciones públicas con las que operamos y con las que colaboramos habitualmente, al no tener sus recursos activos ni ser estos en la actualidad suficientes para dar respuesta a la demanda exigida, lo que nos hace trabajar sin conocer con la inmediatez necesaria las respuestas a determinadas gestiones y sin que nadie nos resuelva nuestras numerosas dudas. Trabajando con la imposición de plazos muy breves, teniendo en cuenta que tenemos que estudiar la norma, valorar su alcance, preparar su puesta en práctica, desarrollar las herramientas de su implantación y cumplir con el plazo de presentación; plazos que atendiendo a la necesaria inmediatez, son muy breves, pero que se nos exigen del mismo modo. A los profesionales nos obligan a montar un ERTE en apenas cinco días, pero la administración no resuelve en los cinco días que ellos mismos se han autoimpuesto. Al parecer nosotros sí tenemos recursos, ellos no. Los profesionales tenemos que atender las numerosas e incesantes consultas recibidas de nuestros clientes; explicar detalladamente las medidas anunciadas a bombo y platillo, antes de publicarlas en el BOE; preparar y montar toda la documentación necesaria para los ERTES; gestionar sus firmas –sin que podamos hacerlo presencialmente- y proceder a la transmisión ante la Autoridad Laboral competente; gestionar estas variaciones en la TGSS; enviar los certificados de empresa al SEPE, y ya por si no fuera suficiente se nos traslada la responsabilidad de presentar la solicitudes colectivas de las prestaciones de desempleo de los trabajadores afectados por los ERTES de nuevo con un plazo de cinco días, asumiendo la responsabilidad impuesta por el legislador al empresario, que al final será de quienes la hacemos legalmente.

Además, si todo lo descrito no fuera suficiente, nos vemos en la obligación de gestionar y tramitar los ceses de actividad (CATA) de nuestros clientes autónomos; las moratorias y aplazamientos de cuotas de seguridad social; la preparación de documentación justificativa de expedientes para los préstamos ICO…; gestión de permisos retribuidos recuperables, etc.… Y toda esta actividad, ciertamente excepcional, la debemos compaginar con la gestión mensual de nóminas; los seguros sociales, con importantes incidencias y enorme laboriosidad, ya que estas obligaciones siguen vigentes y tienen sus plazos, por lo que una vez cerrada la mensualidad de marzo ya estamos trabajando en las liquidaciones de IRPF e IVA del primer trimestre (plazo domiciliadas el 15 de abril y pago el 20 de este mismo mes), al no haberse suspendido ni demorado estas obligaciones fiscales.

Como profesional, y como representante de este colectivo profesional, creo que queda en evidencia que la carga que estamos soportando es inaceptable e insoportable,  pero que se está llevando a cabo a base de jornadas interminables y con unas enormes dosis de responsabilidad y esfuerzo. La responsabilidad profesional inherente a nuestra profesión.

Los Graduados Sociales nos sentimos obligados a ayudar a nuestros clientes, porque si estas empresas-autónomos-clientes caen, caemos todos con ellos. Ellos representan un porcentaje muy alto en la generación y mantenimiento del empleo de calidad de este país. Son indispensables. Somos indispensables. Y en estos momentos, imprescindibles.

Los Graduados Sociales, pieza fundamental en el abordaje laboral y fiscal de esta crisis, deseamos y pedimos que las administraciones públicas, nuestros gobernantes y responsables políticos, no olviden ni obvien la labor y el trabajo que en estos momentos tan delicados estamos desarrollando, con una gran dosis de compromiso, responsabilidad y solidaridad.  Y posiblemente cometiendo errores, provocados básicamente por la necesidad de interpretar y dar respuesta inmediata y urgente a la normativa excepcional decretada por el Gobierno. Por ello, deseamos y esperamos que esta interpretación de la Norma/Decreto/Ley no se vuelva contra este colectivo, a modo de sanciones o derivación de responsabilidad civil, cuando la administración así lo considere conveniente, con actuaciones sancionadoras derivadas de la aplicación celosa y estricta de las normas vigentes previas al decreto de Estado de Alarma.  Planteo esta premisa, ya que una vez pasada la crisis sanitaria y el decreto de Estado de Alarma,  sería fácil y recurrente buscar  vías de recaudación culpando y buscando posibles errores en los demás, en este caso los de este colectivo profesional, que se ha visto en la necesidad de improvisar y y trabajar en función de la información que se ha ido transmitiendo en ruedas de prensa televisadas.

A los Graduados Sociales nos quedan por delante tiempos muy difíciles. A nosotros y a nuestros clientes. Pero si algo tenemos claro es que los GRADUADOS SOCIALES aquí vamos a estar, como siempre, al lado de las pymes, micropymes y autónomos de nuestro país. Por eso hoy hacemos nuestro el lema «MÁS NECESARIOS QUE NUNCA·»

J. Esteban Sánchez Montoya es Presidente del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Granada

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