Lorca y el membrillo de Armilla

Se ha cerrado en falso la crisis desatada tras colocar la Excelentísima Diputación a un mediocre y disruptivo concejal de Armilla al frente nada menos que del Patronato Federico García Lorca. El nombramiento perseguía dos objetivos: dotar de una paguita de más de 50.000 euros al concejal descartado como alcalde por sus paisanos y desacreditar la figura del Poeta y lo que representa como luchador por la Libertad y represaliado del franquismo.

La afrenta a la Memoria Histórica y el menosprecio a Federico, asesinado en su Granada a manos de su Granada, no han sido los cuatro ladridos de Antonio Membrilla premiados con la paguita del chiringuito. El anodino filólogo adoctrinado en los Maristas, aspirante a pertenecer de pleno derecho a la peor burguesía de España, es un “mandao”, uno más, de esa máquina de esparcir estiércol que es el Partido Popular, su partido

La afrenta a la Memoria Histórica y el menosprecio a Lorca es la actitud de quien premió así a Membrilla: el PP, su partido, la banda que no necesita a Vox para embestir contra la Memoria Histórica, ni contra la igualdad porque se bastan ellos y ellas, sin ayudas ni tutelas. La Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía fue aprobada en 2017 sin votos en contra, pero con la abstención del PP. Hoy, mientras la Junta hace recortes a la Memoria Histórica, a la espera de su derogación (como en Aragón), ayuntamientos y diputaciones gobernadas por los populares la dejan sin dotación presupuestaria.

Esta actitud de desprecio hacia las víctimas caídas en la guerra civil y en la posguerra por defender la Democracia no es nueva. Durante sus gobiernos, M. Rajoy se jactó en repetidas ocasiones de dejar en blanco la dotación presupuestaria para buscar fosas comunes y otras medidas de reparación memorialista. En su primer año de Gobierno, redujo el presupuesto de 6,2 a 2,5 millones de euros y el mismo año suprimió la Oficina de Víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura, organismo creado para coordinar las exhumaciones de fosas franquistas. A partir de 2013, suprimió la partida presupuestaria destinada a Memoria Histórica, “cero euros”, como fórmula para derogar en la práctica la Ley.

A esta gente, que desprecia a los más de 115.000 asesinados que yacen en más de 2.500 fosas comunes en suelo español, sólo le interesa manipular a los muertos por ETA que consideran su granero de votos. Esa es la bajeza moral del Partido Popular, de sus militantes, de sus simpatizantes y de parte sus votantes: muertos de primera y muertos de segunda, muertos rentables y no rentables electoralmente.

En lenguaje coloquial, el filólogo de lengua viperina lo sabe, “membrillo” es un término que se aplica a personas faltas de inteligencia o entendimiento. El profesor de secundaria, que presume de disponer de un listado de «palabras progres» como «miembras», deberá explicar a su alumnado que Membrilla no es el femenino de membrillo, por mucho que su ideología y sus actos apunten a que sí.

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